TEHERÁN, EFE.- Irán aseguró este viernes que la vía de la resistencia “no cambiará” pese al asesinato hace un año del comandante de la Guardia Revolucionaria, Qasem Soleimaní, y que Estados Unidos debe esperar más acciones de represalia por su crimen.
“Una vez más anuncio explícitamente que el camino de la Fuerza Quds y la resistencia no cambiará pese a los actos perversos de Estados Unidos”, dijo el sucesor de Soleimaní en la comandancia de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria, Esmail Qaani.
En una ceremonia en la Universidad de Teherán con motivo del primer aniversario del asesinato de Soleimaní, Qaani subrayó que el liderazgo impulsado por el fallecido “todavía está en pie”.
“Aquellos que cometieron este acto criminal deben ser conscientes de que las personas que buscan la libertad del mundo algún día responderán (a este acto criminal) e incluso es posible que algunas personas dentro de su casa (EE. UU.) respondan a su crimen”, advirtió.
Soleimaní murió en un bombardeo selectivo estadounidense el 3 de enero de 2020 cerca de Bagdad junto al número dos de la agrupación de milicias iraquí Multitud Popular y líder de Kataib Hizbulá, Abu Mahdi al Mohandes.
Una semana después, la Guardia Revolucionaria atacó con misiles una importante base militar en Irak con presencia de tropas estadounidense pero, según Irán, la venganza definitiva todavía no ha llegado.
En esta línea, el jefe del Poder Judicial de Irán, Ebrahim Raisí, también afirmó durante la ceremonia que el presidente saliente de EE. UU., Donald Trump, “no es inmune a la administración de justicia”.
ESCALADA DE LA TENSIÓN
Raisí advirtió de que “el enemigo debe esperar la dura venganza de Irán” basada, entre otros aspectos, en la expulsión de las tropas estadounidenses de Oriente Medio: “El momento y el lugar serán determinados por las fuerzas de resistencia”, señaló.
Con motivo de la efeméride ha aumentado la tensión entre Irán y EE. UU., que anunció ayer la retirada del único portaaviones de la Armada que aún tenía desplegado en Oriente Medio, ante el temor a acciones de represalia iraníes.
Esta decisión llega un día después de que un grupo de bombarderos B-52 de la Fuerza Aérea volaran directamente desde EE. UU. al Golfo Pérsico para disuadir a Irán, que condenó esta “provocación” en una carta al Consejo de Seguridad de la ONU.
Refiriéndose a los bombarderos B-52, el jefe de la diplomacia iraní, Mohamad Yavad Zarif, dijo ayer que, según informes de la inteligencia iraquí, EE. UU. está ideando “un complot para crear un pretexto para la guerra”.
“Irán no busca la guerra, pero defenderá ABIERTA y DIRECTAMENTE a su gente, su seguridad y sus intereses vitales”, aseveró en un mensaje de Twitter.
La ceremonia de hoy en la Universidad de Teherán, decorada con numerosas fotografías de Soleimaní y Al Mohandes, se desarrolló entre grandes medidas de seguridad.
El número de invitados fue reducido, debido a los protocolos sanitarios por la covid-19, destacando la presencia del comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salamí, y del ministro de Inteligencia, Mahmud Alaví.
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