En el 10 de mayo, cuando se celebra el Día de las Madres desde 1922, el Estado de México, una de las principales entidades del país, las autoridades recordaron que las familias pueden elegir el apellido materno en primer lugar, al momento de registrar a sus hijas e hijos, derivado de una reforma al Código Civil de la entidad en 2015.
Bajo el principio de equidad de género, que busca resaltar el papel de la mujer en la familia y en la sociedad, de enero a abril de este año, han sido registrados en el Estado de México a 13 infantes bajo esta modalidad.
En tanto, durante 2020, año en que inició la emergencia sanitaria por COVID-19, sólo se contabilizaron 10 peticiones de este tipo, estadística que en apenas un trimestre fue superada en este año.
El artículo 2.14 del Código Civil en el Estado de México establece que el nombre de las personas físicas se forma con el sustantivo propio y el primer apellido del padre y el primer apellido de la madre, en el orden que, de común acuerdo determinen los solicitantes.
En caso de que los progenitores no lleguen a un acuerdo respecto del orden que deben seguir los apellidos de la hija o del hijo, se les registra con el apellido paterno en primer lugar.
Además, la ley prevé que una vez que se determine el materno, como primer apellido, será igual con las hijas e hijos subsecuentes. En el acta de nacimiento queda establecido el vínculo familiar, por lo que no genera confusión o problema alguno en la vida escolar o legal.
Elegir el apellido materno podría significar un gran regalo para el Día de las Madres, que históricamente pierden la posibilidad de ver su apellido seguir en sucesivas generaciones de la familia. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el país residían 48.6 millones de mujeres de 15 años y más en 2020, de las cuales 72.4% son madres, es decir, unas 35.2 millones.
De este total, 7.1% son hablantes de lengua indígena, lo que equivale a unos 2.5 millones de mujeres, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda y el Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales, ambos de 2020.
Con respecto al monto y estructura de la población, en el país residían 48.6 millones de mujeres de 15 años y más en 2020, de las cuales 72.4% son madres, es decir, unas 35.2 millones. De este total, 7.1% son hablantes de lengua indígena, lo que equivale a unos 2.5 millones de mujeres.
Por otra parte, la tasa global de fecundidad (TGF) es un indicador que refiere el número de hijos que en promedio tendrá una mujer al final de su vida reproductiva. Las cifras muestran que las mujeres cada vez tienen menos hijos: en 1999 la tasa global de fecundidad fue de 2.86 y se redujo a 1.88 hijos por cada 1,000 mujeres en 2019.
En particular, la TGF para las mujeres que hablan lengua indígena fue de 2.85 en 2019, cifra menor a la de 1999 que fue de 4.15 hijos por cada 1,000 mujeres. Mientras que para las mujeres que no son hablantes de lengua indígena fue de 1.82 hijos por mujer en 2019 y de 2.76 en 1999.
En las adolescentes que hablan lengua indígena, la tasa de fecundidad fue de 73.5 hijos por cada 1,000 mujeres de 15 a 19 años, dato que contrasta con respecto a la fecundidad de las adolescentes que no hablan lengua indígena, unas 41.2 por cada 1,000.
Según reportes internacionales, las madres adolescentes tienen mayor probabilidad de enfrentarse a situaciones que vulneran sus derechos como es la violencia, y son más propensas a repetir ciclos de pobreza.
Fuente: Infobae
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