Los corredores tienen días de entrenamiento y un plan que llevan adelante. Salen de sus casas y vuelven habiendo sumado kilómetros y la satisfacción de la tarea realizada. Pero existe otro entrenamiento, uno al que muchos no le prestan atención y que es muy importante para cualquier atleta, aficionado o no. Hablamos del entrenamiento invisible. No es algo mágico o misterioso, es simplemente un entrenamiento que no se ve, pero se siente si uno lo descuida.
¿A qué se le llama entrenamiento invisible? Recibe ese nombre de todo aquel entrenamiento que un corredor realiza cuando no está corriendo. Recibe ese nombre porque uno lo ve, pero sí puede percibir las consecuencias de no realizarlo o descuidarlo. Muchas veces un corredor entrena bien pero no rinde acorde a ese esfuerzo. No entiende qué está pasando, no se da cuenta de que ha descuidado el entrenamiento invisible. Por eso vamos a enumerar algunas de las partes que conforman el entrenamiento invisible que es fundamental respetar si uno quiere correr mejor.
El descanso
En todos los ámbitos de la vida la gente sabe que necesita descansar para rendir mejor. Pero los corredores sienten que lo único que importa es estar en movimiento. El descanso no es importante: es imprescindible. Sin descanso toda la salud se pone en riesgo, imaginen entonces cuán importante es para un entrenamiento adecuado. Llegar a entrenar sin descansar o no hacerlo al finalizar es la fórmula para desperdiciar todo lo que corremos. El descanso consiste en dormir la cantidad de horas adecuadas los siete días de la semana. Si correr es importante para nosotros, dormir lo necesario es tan importante como los kilómetros recorridos. Pero el descanso no son solo horas de sueño, hay más. Es importante entender que los entrenamientos más fuertes deben ser alternados con entrenamientos más suaves. Para un aficionado hacer cada jornada de entrenamiento al máximo de las posibilidades dos días seguidos suele restar más de lo que suma. Esta compensación debe seguir bien de cerca, alternar lo fuerte con lo suave. Es importante conocerse a uno mismo y saber que la recuperación es parte del descanso. El sistema inmunológico se refuerza con el descanso y los músculos se recuperan.
Chequeo médico general
Nadie debería entrenar en serio sin un chequeo médico actualizado. En Argentina las carreras suelen pedir un apto médico, pero aunque no lo pidieran, es necesario tener uno para saber dónde estamos parados. Qué necesita nuestro cuerpo, qué le falta, dónde están sus debilidades y sus fortalezas. Es enorme la cantidad de runners que desconocen algún problema físico que es invisible pero por donde se va todo el esfuerzo realizado. El chequeo médico debe ser supervisado por los profesionales adecuados, pero más allá del estudio general, es importante tener otros estudios específicos para corredores. Un médico deportólogo tendrá más herramientas para ayudar a los corredores. También es importante el análisis de pisada, ya que ahí suele estar el origen de muchos de los problemas que un atleta tendrá en el corto o el largo plazo.
Nutrición
La alimentación de un deportista interviene de manera directa en la capacidad de recuperación que este tendrá luego de su entrenamiento. Lo que un runner coma es el combustible que ayudará a que la máquina siga funcionando. El cuerpo recibirá los nutrientes adecuados para que el cuerpo reincorpore lo perdido y potencie lo obtenido con el entrenamiento. Una mala alimentación es un error muy común cuyas consecuencias se hacen sentir. Un mal alimento daña la recuperación, un buen alimento completa el entrenamiento. La guía de un nutricionista es clave para saber lo que cada uno necesita. No hay dos cuerpos iguales aunque haya reglas generales. Ningún corredor con una mala nutrición podrá rendir al máximo.
Hidratación
Nadie pasa un día sin comer. A ningún corredor se le pasaría por la cabeza dejar de comer o hacerlo apenas dos veces al día. Pero curiosamente muchos descuidan la hidratación de manera notable. No alcanza con los líquidos que uno consume durante una jornada, es imprescindible tomar agua. Los ya conocidos dos litros diarios que necesita un adulto varían según la persona, el clima y la cantidad de actividad física, pero un cuerpo se deshidrata no solo por sudor, así que no alcanza con tomar agua antes, durante y después de entrenar. El resto del día se debe tener agua a mano. Las bebidas isotónicas ayudan a reponer sales minerales, pero nada reemplaza al agua. Con una deshidratación aunque sea leve, el corredor ya disminuye su rendimiento, por eso hidratarse es una de las claves del entrenamiento invisible.
Estiramiento
El estiramiento, la elongación, otra parte del entrenamiento invisible que es muy descuidada. Los corredores ya toman la entrada en calor como parte del trabajo, porque suma kilómetros, nadie lo pone en duda. Pero terminamos de correr y nos vamos sin más. Error. La elongación permite dar un alivio a las tensiones musculares que produce el trabajo, descuidar esto podría llevar a tener lesiones. Elongar también mejora nuestra flexibilidad, ayudando a tener una mejor zancada, y colabora también todo lo vinculado con la flexibilidad de las articulaciones. Un suave estiramiento entre la entrada en calor y el trabajo principal y un estiramiento a conciencia luego del entrenamiento. Muchos corredores optan por un masaje deportivo y hacen bien, el masaje deportivo hecho por profesional ayuda muchísimo a la recuperación.
Infobae
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