El coma diabético es una complicación de la diabetes que provoca una pérdida de conocimiento y resulta potencialmente fatal. Cabe destacar que se conciben 3 variantes de este evento clínico: hipoglucemia diabética grave, cetoacidosis diabética y coma hiperosmolar hiperglucémico.
En primer lugar, es necesario recordar que en la diabetes el cuerpo no produce (o no usa) la insulina de forma adecuada, lo que conlleva una acumulación de glucosa en la sangre. En el mundo se estiman más de 420 millones de pacientes diabéticos, o lo que es lo mismo, el 8,8 % de la población planetaria.
A la hora de hablar de un coma diabético, es esencial explorar todas sus variantes por separado, ya que las causas y síntomas pueden ser muy diferentes. Por esta razón, hoy te lo contamos todo sobre cada uno de los tipos y cómo prevenirlos. No te lo pierdas.
1. Coma hipoglucémico
El coma hipoglucémico es una emergencia médica caracterizada por una drástica reducción en la glucosa sanguínea circulante (menos de 2,8 milimoles por litro de sangre). El cerebro consume alrededor del 20 % de la glucosa metabolizada, así que los efectos de su ausencia se traducen en un fallo cerebral.
Como podrás imaginar, la falta de actividad cerebral conduce a una pérdida de conciencia, también conocida bajo el nombre de coma.
¿Qué puede causar un coma hipoglucémico?
Las personas diabéticas que deben administrarse grandes cantidades de insulina son las que más riesgo presentan de sufrir un coma hipoglucémico. Según el portal Better Health, estos son algunos de los posibles agentes causales:
El paciente toma una dosis extra de insulina: la insulina disminuye la proporción de glucosa circulante en los pacientes diabéticos. De todas formas, si el enfermo se pasa de dosis, corre el riesgo de sufrir una hipoglucemia.
Hacer demasiado ejercicio sin haber comido antes: la glucosa es necesaria para que los músculos obtengan energía y puedan realizar actividades físicas. Para una persona sana hacer ejercicio sin comer es una muy mala idea, pero si es diabética, el riesgo de que algo vaya mal es mayor.
Beber demasiado alcohol: el alcohol daña al hígado, que es el órgano principal encargado del almacenaje de glucógeno. El glucógeno se puede metabolizar a glucosa cuando es necesario, pero si el hígado no sigue este proceso de forma correcta por los efectos del alcoholismo se fomenta la hipoglucemia.
Como has podido ver, este tipo de coma se debe a una falta de glucosa en sangre. Algo irónico, pero probable en pacientes con diabetes que no reciben las dosis adecuadas de insulina.
Síntomas
El síntoma principal del coma hipoglucémico es la pérdida de conciencia. De todas formas, el paciente puede notar que algo no va bien antes de caer desplomado si percibe los siguientes signos:
Fatiga, debilidad, desorientación, dificultad para hablar y para formar pensamientos.
Hambre muy intensa porque el cerebro está demandando glucosa al resto del organismo.
Sudoración, palidez y palpitaciones cardíacas.
Nerviosismo y ansiedad.
Mareo y aturdimiento.
Cómo evitar un coma hipoglucémico
Tal y como indica la Asociación de Diabéticos de Alcalá y Corredor de Henares (ADACH), una sobredosis de insulina se puede combatir consumiendo alimentos ricos en carbohidratos. Un refresco azucarado, zumo natural y caramelos pueden servir. Es necesario sentarse y descansar, siempre con el teléfono a mano por si algo sale mal.
Después de comer (y tras esperar unos 15 a 20 minutos), el paciente debe utilizar el medidor de glucosa en sangre para comprobar que, efectivamente, los niveles han subido. Si esto no es así, es hora de llamar al servicio de urgencias.
En una persona que ya ha caído en coma, el servicio de urgencias opta por inyectar glucagón o dextrosa intravenosa. Ambos aumentan los niveles de azúcar sanguínea.
2. Coma por cetoacidosis diabética
La cetoacidosis diabética es una complicación que pone en riesgo la vida de los diabéticos. En muchas de las ocasiones, en aquellos que presentan diabetes tipo 1. Tal y como indica la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, esto es producto de una proporción excesivamente baja de insulina circulante.
La falta de insulina implica que las células no pueden usar la glucosa como fuente de energía. Por ello, el cuerpo comienza a metabolizar ácidos grasos de forma vertiginosa, lo que da lugar a cuerpos cetónicos. El aumento drástico en la concentración de estos cuerpos es lo que causa la cetoacidosis diabética. Los cuerpos cetónicos hacen que el pH de la sangre se torne ácido.
Tal y como indica el Centro Nacional para la Información Biotecnológica (NCBI por sus siglas en inglés), esta entidad clínica afecta a 8 de cada 1000 personas diabéticas, lo que se traduce en unas 168 000 hospitalizaciones al año en Estados Unidos. En los casos más graves, la cetoacidosis deriva en un coma potencialmente mortal.
¿Qué puede causar un coma por cetoacidosis diabética?
La cetoacidosis diabética tiene múltiples causas posibles. La Clínica Mayo y otras fuentes ya citadas nos muestran algunas de ellas:
Infecciones y otras enfermedades: algunas patologías fomentan la producción de ciertas hormonas, como el cortisol o la adrenalina. El cortisol, por ejemplo, hace que los tejidos sean menos sensibles a la insulina, contrarrestando así su efecto.
No tomar insulina correctamente: si la bomba de insulina no funciona bien o no se trata la diabetes de forma adecuada, los niveles de esta hormona polipeptídica pueden terminar siendo bajos en la circulación.
Accidentes cerebrovasculares: estos eventos, que ya son suficientemente peligrosos de por sí, pueden desencadenar una cetoacidosis diabética.
Síntomas
Los síntomas de la cetoacidosis diabética son relativamente diferentes a los de una hipoglucemia. Por ejemplo, el paciente suele sentir una sed extrema, letargia, ganas de orinar frecuentes (por el exceso de glucosa en sangre), dolor abdominal y deseos de vomitar.
Uno de los síntomas más llamativos que indican peligro de un coma diabético de este tipo es que el paciente presenta un aliento afrutado. Este es un claro indicativo anormal del aumento de cuerpos cetónicos.
Cómo evitar un coma por cetoacidosis diabética
En esta ocasión, es necesario un tratamiento de urgencia en el centro hospitalario, pues no vale con comer o reposar. En el centro médico se otorgarán al paciente fluidos y electrolitos por vía intravenosa, pues la deshidratación es muy común en este cuadro, como ya hemos visto con anterioridad.
Para combatir la acidosis sanguínea siempre es necesaria una terapia de insulina intravenosa. Cuando los niveles de azúcar circulantes sean adecuados (menos de 11,1 milimoles por litros) y el pH de la sangre vuelva a la normalidad, la persona podrá abandonar la instalación médica y continuar con insulinoterapia normal desde casa.
3. Coma hiperosmolar hiperglucémico (HHS)
El 95 % de los pacientes que sufren un coma hiperosmolar hiperglucémico son diabéticos tipo 2, tal y como indica el portal StatPearls. En esta ocasión, existe una resistencia a la insulina en el tejido periférico del paciente, en la mayoría de los casos provocada por estados de obesidad. Se estima que el 1 % de todos los diabéticos ingresados presentan HHS.
El coma diabético de este tipo deriva de una presencia excesiva de glucosa en la sangre (600 miligramos por decilitro), ya que la insulina no es capaz de actuar sobre este azúcar para que las células la metabolicen. Es, por así decirlo, la variante más esperable, teniendo en cuenta las características de la diabetes.
El HHS es relativamente similar a la cetoacidosis diabética, pues la deficiencia de la acción de la insulina marca el inicio de ambos. De todas formas, en esta ocasión la producción de cuerpos cetónicos es muy escasa.
¿Qué puede causar un coma hiperosmolar hiperglucémico?
Entre los eventos que pueden propiciar un coma hiperosmolar hiperglucémico encontramos algunos ya nombrados y otros nuevos. Te los enunciamos de forma rápida:
Olvidarse de consumir las medicaciones para la diabetes.
Presentar obesidad tras haber sido diagnosticado con diabetes tipo 2.
Sufrir una infección, como una gripe o una neumonía.
Comer alimentos ricos en azúcares, a pesar de haberse desaconsejado previamente por un profesional médico.
Síntomas
La hiperglucemia (concentración de glucosa excesiva en la sangre) causa aumento de la sed, dolor de estómago, deshidratación, sequedad en la boca, latidos cardíacos acelerados, dificultad para respirar y náuseas y vómitos. Como habrás podido observar, la sintomatología es similar a la de la cetoacidosis diabética, pero en este caso sin el aliento afrutado característico.
Hasta el 50 % de los pacientes con HHS terminarán por caer en un coma, sobre todo debido a la agresiva deshidratación que provoca la hiperglucemia.
Cómo evitar un coma hiperosmolar hiperglucémico
Tal y como sucede con la cetoacidosis diabética, el tratamiento debe encargarse de reponer fluidos y electrolitos en el paciente, pues la deshidratación aparece como signo clínico secundario tras la hiperglucemia. Además, también es necesaria la administración de insulina intravenosa hasta que el cuadro se normalice.
El coma diabético: 3 caras de la misma moneda
Todos los tipos de coma diabético se manifiestan con la pérdida de conciencia en personas que sufren diabetes tipo 1 y 2, pero la epidemiología, las causas, los síntomas y los tratamientos son diferentes entre ellos.
Sobre todo, la cetoacidosis diabética y la hipoglucemia son completamente distintas, así que se deben abordar como eventos clínicos individuales.
Si eres una persona diabética y percibes un signo de hipoglucemia, lo mejor es que te mantengas tranquilo, comas, descanses y monitorices bien tus niveles de glucosa en sangre. Si por otro lado sientes signos de hiperglucemia o cetoacidosis, llama con urgencia a un centro médico, pues poco puedes hacer desde casa.
Fuente: Mejor con salud
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