Las jóvenes que se querellaron contra su padre y le habían rogado a las autoridades para que lo detuvieran y evitar que las mataran, junto a su madre, desistieron de la acusación en su contra y lo definieron como un hombre bueno.
En plena audiencia, cuando se conocía medida de coerción en el Palacio de Justicia de La Vega, las hermanas Marisela y Estéfany salieron en defensa de su padre Milito Saldívar.
Lo definieron como un hombre bueno y que lo querían de regreso en su casa.
No obstante, el Ministerio Público seguirá adelante con la acusación por violencia intrafamiliar y de género contra milito, por considerarlo un caso de orden público.
El juez de Atención Permanente le impuso, como medida de coerción, presentación periódica, orden de alejamiento y terapia familiar.
La fiscal de La Vega, Aura Luz García, indicó que el Ministerio Público no le da valor al desistimiento de las hijas y que se mantiene firma en la acusación en contra de Milito.
“De todos modos, con desistimiento o no, seguimos firme en nuestro rol de investigar y perseguir los delito, en especial los que atañen a la violencia de género e intrafamiliar”, afirmó la fiscal García en declaraciones.
Las hermanas Marisela y Estéfany se habían querellado varias veces contra su propio padre y responsabilizaban a las autoridades de si no lo apresaban, serían las responsables si las mataban, peligro que también correría su madre Mercedes Marte.
A continuación las declaraciones dadas por las hijas de Milito, describiendo la pesadilla de sus vidas.
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