La capital de China y buena parte del norte del país se vieron envueltas el lunes en la peor tormenta de arena en una década, que obligó a cancelar cientos de vuelos el lunes.
Los rascacielos del centro de Beijing parecían haber desaparecido de la vista entre el polvo y la arena. El tráfico se vio seriamente afectado y más de 400 vuelos que iban a salir de los dos principales aeropuertos de la capital fueron cancelados antes del amanecer.
Ese tipo de tormenta es habitual en primavera, cuando la arena de los desiertos occidentales es arrastrada por el viento hacia el este, y afecta a lugares tan lejanos como el norte de Japón.
La plantación masiva de árboles y arbustos en zonas vulnerables ha reducido la intensidad de las tormentas, pero la expansión de ciudades e industrias ha puesto una presión constante sobre el entorno en toda China.
El Centro Nacional de Meteorología estimó que la arena y el polvo afectarían a 12 provincias y regiones, desde Xinjiang, en el extremo noroccidental, a Heilongjiang, en el nordeste, así como a la ciudad costera oriental de Tianjin.
“Esta es la tormenta de arena más intensa que ha visto nuestro país en 10 años, y la que cubre la extensión más amplia”, dijo el centro en su sitio web.
No estaba claro si la tormenta estaba relacionada con un declive general en la calidad del aire pese a los esfuerzos por combatir la contaminación y el humo en Beijing.
El gobierno del Partido Comunista ha prometido reducir las emisiones de dióxido de carbono por por unidad de producción económica en un 18% en los próximos cinco años. Los ambientalistas dicen que China debe hacer más para reducir su dependencia del carbón, que ha convertido al país en el mayor emisor de gases de efecto invernadero.
Las autoridades pidieron que los ancianos, los niños y las personas que sufren de afecciones respiratorias no salgan de sus casas durante la jornada.
La concentración de partículas PM10 -por ejemplo, el polvo o las cenizas- en el aire alcanzaba, pasadas las 11.00 hora local (03.00 GMT), casi 5.800 microgramos por metro cúbico.
A esa hora, la concentración de partículas PM2,5 -las más dañinas para la salud- en el aire era de 386 microgramos por metro cúbico, muy por encima del límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 25 por período de 24 horas.
Esto hizo que el índice de calidad del aire se situase a esa hora en los 424 puntos de media en la ciudad. Cuanto más alta es esta lectura, peores son las condiciones atmosféricas.
No obstante, a primera hora de la mañana este indicador había superado los 2.000 puntos en algunas zonas de la ciudad.
En ciertos puntos de la capital china la visibilidad alcanzó cotas tan bajas como los 300 metros.
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