Defensores de los derechos humanos condenaron la crueldad con la que fue tratada la activista filipina Reina Mae Nasino, actualmente en prisión, en el momento en que quería despedirse por última vez de su hija Baby River de tres meses durante la ceremonia funeraria que tuvo lugar el 16 de octubre en Manila.
Funcionarios penitenciarios armados custodiaron a Nasino durante el funeral y se negaron a quitarle las esposas a pesar de las súplicas de su familia. La activista, de 23 años, también vestía indumentaria de protección personal completa, según se desprende de las imágenes del funeral, y ni siquiera pudo secarse las lágrimas. En las imágenes, su madre, Nanay Maritess, también se ve arrodillada ante la Policía, suplicando respeto y que el funeral se lleve a cabo según sus deseos.
«Pensé que tendríamos un entierro adecuado con familiares y amigos, pero quedé traumatizada. (…) Me enoja tanto ni siquiera haber podido darle a mi nieta una procesión adecuada», lamentó.
La familia tiene previsto demandar al personal de la Oficina de Gestión Penitenciaria y Penología y a la Policía Nacional de Filipinas tras el funeral, informan medios filipinos.
Según la abogada de la familia Nasino, no dejarán pasar «los actos grotescos y bárbaros de la oficina y la Policía el 14 de octubre pasado cuando intentaron sacar a Reina del velorio; y cuando le arrebataron el cuerpo de Baby River a su familia». «Lo mínimo que podemos hacer es acusarlos en la corte por toda esta monstruosidad. No permitiremos que se salgan con la suya», comentó.
Nasino, miembro de Kadamay, un grupo de lucha contra la pobreza urbana, fue arrestada en noviembre de 2019 acusada de posesión ilegal de armas de fuego y explosivos. La mujer insistió en que era inocente. River nació el 1 de julio y fue separada de su madre en agosto pasado, después de lo cual el bebé enfermó. A Nasino solo se le permitió visitar a su hija una vez el pasado miércoles 14 de octubre.»Se nos negó la oportunidad de estar juntas. Ni siquiera vi su risa», lamentó Nasino.
En las redes sociales también criticaron la falta de humanidad con la que se desarrolló el entierro del bebé, así como el encarcelamiento de Nasino. Las etiquetas #JusticeForBabyRiver, #FreeReinaMaeNasino y #OustDuterteNOW dominaron las tendencias filipinas en la plataforma con decenas de miles de tuits cada una.
Según Renato Reyes, secretario general de Bayan, una alianza de organizaciones filipinas de izquierda, «Nasino es un símbolo de lo que está terriblemente mal en el sistema de justicia filipino y el Gobierno de Rodrigo Duterte». «La guerra del presidente contra los activistas ha resultado en una grave violación de los derechos humanos», sostiene.
Mientras que las autoridades filipinas no ven nada malo en el comportamiento de su personal, la Comisión de Derechos Humanos del país destaca que, «incluso durante la detención, las personas privadas de libertad no deben ser sometidas a ningún trato o castigo cruel, inhumano o degradante».
Fuente: RT
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