El Director del Instituto de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos, el Doctor Anthony Fauci, acaba de revelar que el Gobierno federal está considerando darle a quienes tienen anti-cuerpos contra el COVID19 una tarjeta de inmunidad que debería acarrear consigo a todo momento.
No se trata de una idea estadounidense, sino que la implementaron primero científicos alemanes y está bajo consideración en el Reino Unido e Italia. China fue un paso más allá e implementó un código de colores que cada ciudadano debe tener en su teléfono indicando el nivel de riesgo que implica para sí mismo y para la sociedad. La idea es empezar a reabrir la sociedad de a poco, y para ello hay que tener en claro quiénes están en riesgo y quiénes no.
El Instituto Nacional de Salud y la Administración Nacional de Alimentos y Medicinas están muy prontos a aprobar unas pruebas fáciles de realizar que determinan si una persona tiene anti-cuerpos contra el coronavirus. Se estima que para la semana próxima estas pruebas estén disponibles de manera masiva en Estados Unidos. El cálculo que las autoridades están realizando es que en la sociedad son miles las personas que tienen estos anti-cuerpos (en su mayoría porque tuvieron el virus y lo superaron). Esas personas ni contagian, ni tienen un alto riesgo de volver a contagiarse (sobretodo hasta que la cepa no mute). Por ende, podrían reinsertase con mayor normalidad en la sociedad, empezando a regularizar el mercado laboral.
El modo en el que las autoridades de varios países, incluido Estados Unidos, ve esto materializándose es que una vez realizada la prueba, si es satisfactoria, se le entregaría a la persona una tarjeta de inmunidad. Una especie de identificación que pueda mostrar antes de ingresar en un comercio, o mientras realiza su labor diaria.
La idea, según explicó Fauci, es que el programa comience con trabajadores de la salud y quienes están en la primera línea de la lucha contra la pandemia, como los bomberos. Se calculan en miles en todo el país los trabajadores de estas áreas que se contagiaron y que ya podrían regresar a sus labores porque transitaron el ciclo del virus sin mayores complicaciones.
A diferencia de las pruebas normales que determinan si alguien tiene una infección activa en su cuerpo, estas pruebas pueden determinar si el cuerpo ya está listo para combatir al virus por sí sólo. Se presume que mucha gente que tuvo la enfermedad y que fue asintomática podría enterarse de este modo que ya no tiene que tener tanto miedo de contagiarse.
Está claro que es una prioridad para la Administración Trump intentar poner de pie al país cuanto antes. Muchos hablan ya de un congelamiento de la economía, que a diferencia de una recesión, tiene posibilidades de recuperación más rápido. Sin dudas, esa es la esperanza de un Gobierno federal que sabe que si además de una pandemia tiene que enfrentar una grave crisis económica, su situación se vería muy complicada.
Fuente: Infobae
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