Jovenel Moïse fue un empresario haitiano y presidente de Haití desde el 7 de febrero de 2017, después de que los resultados finales lo mostraran ganador en las elecciones de noviembre del 2016. Desde 2019, la inconformidad política y protestas solicitando su renuncia desencadenaron una crisis.
Jovenel Moïse Nació en el seno una familia de clase baja en Trou-du-Nord, en el departamento de Noroeste de Haití. Fue hijo de Étienne Moïse, un mercader, y Lucia Bruno, una costurera.
En julio de 1974, su familia se mudó a Puerto Príncipe, donde asistió a la Escuela Nacional Don Durélin, el Liceo Toussaint Louverture, y el Centro Cultural del Collège Canado-Haïtien. Estudió ciencias políticas en la Universidad Quisqueya. Se casó con Martine Marie Étienne Joseph, una compañera de clase, en 1996. Ese año dejó la capital y se trasladó a Port-de-Paix con el objetivo de desarrollar zonas rurales.
Carrera empresarial
Con un pequeño capital de inversión, Moïse creó su primer negocio en Puerto Príncipe, todavía en operación. También instaló una plantación de bananos en 10 hectáreas de tierra (25 acres) en el Departamento Nordeste.
Poco después, comenzó un proyecto para proveer agua limpia a las áreas rurales. En 2001, se asoció con Culligan, una compañía con sede en Puerto Príncipe. Con préstamos de instituciones financieras y particulares, abrió una planta de agua que servía a los departamentos del Noroeste y del Noreste.
En 2004, Moïse se convirtió en miembro de la Cámara de Comercio e Industria del Noroeste (CCINO). Poco después, fue elegido presidente de CCINO. Más tarde se convirtió en secretario general de la Cámara de Comercio e Industria de Haití (CCIH).
En 2008, ayudó a fundar la Empresa Haitiana de Energía SA, que tiene como objetivo llevar energía solar y eólica a 10 comunas en el Departamento del Noroeste. En 2012, en Trou-du-Nord, fundó Agritrans, S.A. y ayudó a crear la primera zona de libre comercio agrícola de Haití.3 Esto llevó a más de una docena de proyectos agrícolas que crearon casi 3.000 empleos directos y 10.000 empleos indirectos.
Se convirtió en CEO de Agritrans, una compañía de producción y exportación de banano; obtuvo una subvención de 6 millones de dólares del Presidente Michel Martelly, con quien está muy cerca. Es sospechoso de lavado de dinero.
Carrera política
En 2015, el presidente Michel Martelly designó a Moïse como el candidato a la presidencia del partido político que Martelly fundó, el Partido Haitiano Tèt Kale (PHTK).
En su campaña, Moïse promovió la agricultura bio-ecológica como un motor económico para Haití, cuya población rural está por encima de 50%. También expresó su apoyo a las políticas de Martelly: la educación universal y la salud, la reforma energética, el estado de derecho, la creación de empleos sostenibles, la protección del medio ambiente y el desarrollo de Haití como destino para el ecoturismo y el agroturismo.
Moïse recibió el 32,8% de los votos en la primera ronda de las elecciones del 2015 celebradas el 15 de octubre, clasificando para una segunda vuelta con Jude Célestin. Sin embargo, una encuesta de salida realizada por el Haiti Sentinel mostró que Moïse recibió sólo el 6% de los votos, y muchos observadores dijeron que los resultados fueron fraudulentos. Miles de personas salieron a las calles en protesta violenta, forzando el aplazamiento de la segunda ronda de las elecciones.
El 27 de noviembre de 2016, funcionarios electorales dijeron que Moïse había ganado las elecciones de 2016 en la primera ronda, basándose en los resultados preliminares, con una participación electoral estimada del 21%.
Protestas en Haití de 2019
A principios de 2019, las condiciones de vida se deterioraron debido a la devaluación de la moneda nacional y al aumento de la inflación. Jovenel Moses fue desafiado de nuevo en febrero de 2019, con manifestaciones a gran escala destinadas a conseguir que abandonara el liderazgo del país. El movimiento sigue a la publicación de un informe del Tribunal de Cuentas haitiano sobre la posible malversación de fondos[de ayuda al desarrollo] por parte de antiguos ministros y altos funcionarios; se señala que las empresas de Jovenel Moïse se encuentran “en el corazón de un plan de malversación de fondos”.
La mayoría de los manifestantes provienen de los barrios más pobres. Marc-Arthur Fils-Aimé, director general del Instituto Cultural Karl-Lévêque, dice: “Las reivindicaciones se han vuelto tan radicales que parecen una lucha de clases. Las luchas económicas se superpusieron a las luchas estructurales. Es casi imposible definir claramente los contornos de las perturbaciones actuales si se separan del tejido socioeconómico y cultural del país donde las élites exportadoras han prosperado hasta el punto de reducir la isla a un estado de neocolonia.
Desde el 15 de septiembre hasta principios de octubre, al menos 17 personas murieron y casi 200 resultaron heridas de bala y cuchillo, según la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH), que afirma: “Desde que llegaron al poder, las autoridades actuales se han burlado de los logros democráticos del pueblo haitiano y han violado sistemáticamente sus derechos. Nunca han tomado en serio los diversos movimientos de protesta que se han producido en el país desde julio de 2018 por parte de una población que padece todo tipo de males y que exige el disfrute de sus derechos civiles, económicos, políticos y sociales.
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