Las circunstancias que rodean el asesinato a tiros del presidente de Haití, Jovenel Moise, sigue rodeado de más incógnitas que certezas cuatro días después, dado que la narración oficial de los hechos continúa llena de lagunas.
Hasta el momento, las autoridades haitianas han detenido a 20 de los supuestos implicados en el asalto, 3 murieron en tiroteos con la Policía y 5 permanecen fugados, sin que se hayan producido nuevos arrestos desde el viernes ni se hayan ofrecido más detalles oficiales sobre la evolución de las pesquisas.
Las autoridades siguen sin aclarar la sucesión de los hechos en la noche del asesinato y tampoco han dilucidado los supuestos motivos o dado indicios sobre la autoría intelectual del magnicidio.
LOS AUTORES MATERIALES
Las autoridades colombianas, nacionalidad de 26 de los 28 implicados, confirmaron el viernes la identidad de varios miembros del grupo, a los que calificó como “mercenarios”, y corroboraron que al menos 15 de ellos eran militares retirados del Ejército entre 2018 y 2020.
Además, investigan a cuatro empresas, cuyos nombres y actividad no se ha divulgado, que habrían reclutado a los mercenarios llegados a Puerto Príncipe desde Bogotá distribuidos en dos grupos que viajaron en mayo y junio pasados.
Un audio que se atribuye a la primera dama, Martine Moise, quien fue ingresada en un hospital de Miami tras resultar gravemente herida en el ataque, abunda en la idea de que fueron asesinos a sueldo los autores del magnicidio, idea difundida desde el primer momento por las autoridades de su país.
Sin embargo, la oposición haitiana pone en tela de juicio la versión oficial.
El exsenador Steven Benoît afirmó en medios locales que el presidente murió a manos de sus propios agentes de seguridad y que los colombianos habrían sido víctimas de una trampa para convertirlos en chivos expiatorios.
“No fueron los colombianos quienes lo asesinaron. Ellos eran contratistas del Estado haitiano”, dijo Benoît en el programa “Panel Magic”.
LA SEGURIDAD DEL PRESIDENTE
Independientemente de esta teoría, las dudas planean sobre la actuación de la seguridad presidencial por no haber impedido el ataque a la residencia del mandatario, ubicada en la parte alta de la capital y cuyo acceso, por una callejuela, está siempre custodiado.
La próxima semana, ocho personas están convocadas a declarar por la Fiscalía que investiga el caso, entre ellos los cuatro máximos responsables de la seguridad del presidente, dos exsenadores, uno de ellos Benoît, y dos magnates, conocidos opositores del presidente asesinado.
Por el momento, no se ha hecho mención de bajas o heridos entre los encargados de la custodia del domicilio del presidente a pesar del enorme número de balas recogidas en el lugar del crimen.
EL CADÁVER DE MOISE
El cuerpo del presidente, de 53 años, presentaba 12 impactos de bala correspondientes a armas de gran calibre y también de 9 milímetros, según afirmó el juez de paz encargado del informe forense, Henry Destin.
“Lo encontramos acostado boca arriba, pantalón azul, camisa blanca manchada de sangre, boca abierta, ojo izquierdo perforado. Vimos un agujero de bala en la frente, uno en cada pezón, tres en la cadera, uno en el abdomen”, relató al diario Le Nouvelliste.
El juez de paz también aseguró que el escritorio y la habitación de Moise fueron “saqueados”, y que cuando los asaltantes perpetraron el ataque la hija de la pareja estaba en la misma estancia que sus padres, pero consiguió esconderse en la habitación de su hermano, que también resultó ileso.
EL PAPEL DE COLOMBIA Y ESTADOS UNIDOS
A la investigación sobre el terreno ya se ha sumado un equipo de la Policía de Colombia, que llegó este sábado a Puerto Príncipe, para contribuir al esclarecer las motivaciones y averiguar quiénes son, realmente, los autores intelectuales y materiales del magnicidio.
También van a colaborar en las pesquisas el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) de Estados Unidos, país que este domingo tenía previsto enviar una delegación a Haití, según confirmaron a Efe fuentes diplomáticas.
Según medios locales, representantes de la delegación tenían previsto reunirse, por separado, con los tres hombres que se disputan el control del Gobierno: el primer ministro interino, Claude Joseph; el presidente del Senado, Joseph Lambert, y el primer ministro designado pero no investido, Ariel Henry.
UN ENIGMA PARA TODO EL MUNDO
Por ahora, nadie ofrece una aclaración satisfactorio para semejante rompecabezas y hasta el embajador de Haití en España, Louis Marie Montfort Saintil, manifestaba este domingo su estupor ante lo ocurrido.
“Yo, personalmente, como embajador no tengo explicación de lo sucedido. Estamos esperando las noticias, pero una cosa es cierta: el presidente está muerto y, si es así, hay culpables. Es importante encontrar al autor intelectual del crimen. Pero las causas que llevaron al asesinato del presidente solo lo saben ellos”, dijo en una entrevista telefónica con Efe.
Fuente: EFE
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