Mildre A. Rivas es una joven de nacionalidad venezolana que llegó a República Dominicana luego de que Orlando Ramírez Medina, capitán del Ejército de la República y un próspero empresario de Higüey, dedicado a la venta de vehículos, motocicletas e inmuebles, la invitara a venir a vivir al país; luego de conocerse por Instagram.
La joven de 29 años de edad, llegó al país el 8 de junio 2017, junto a un primo y luego de siete meses viviendo en el país, se trajo a su hijo.
Más tardes, luego estar establecida y ya con un negocio propio, fue cuando empezó su clavario. “Comenzó a apretarme más, no me dejaba salir sino era con videollamadas en línea, no podía ir a buscar el niño a la escuela, sino, lo tenía a él ahí viéndolo”.
Alexandra narra que fue víctima de golpizas por parte de su expareja en varias ocasiones, pero que no fue hasta el 13 de noviembre del 2019 cuando decidió tomar acciones legales. Pero tuvo que retractarse bajo las amenazas de su expareja.
Afirma que este le dijo qué debía hacer y decir ante las autoridades. “Vamos a ir donde el fiscal y tienes que decir esto y esto, y si no te deporto ahora mismo. Y yo le dije, bueno, está bien”, expresó Rivas.
Rivas asegura que Orlando tramó junto a una examiga de esta, para someterla a la justicia por supuestas amenazas de muerte. Según relata, este le enviaba mensajes amenazantes desde su celular a la supuesta amiga para luego inculparla.
“Él tenía control hasta de mi teléfono”, asegura.
Por estas supuestas amenazas tuvo retenida en la cárcel preventiva de San Pedro de Macorís por siete días, hasta que le fue dictada como medida el pago de una fianza de 500 mil pesos dominicanos, la cual, según palabras de Rivas fue pagada por Orlando con la condición de que no vuelva a hablar de la denuncia antes puesta en su contra.
Luego de este incidente la pareja volvió a reconciliarse, pero asegura que los problemas continuaron por amenazas y agresiones en su contra.
La joven relata que el 18 junio 2020 fue la peor de las agresiones, cuando supuestamente Orlando la agredió por la visita de una amiga que la estaba visitando.
“Cuando intente salir él me devolvió por el cabello y me daba golpes. Yo tenía uñas postizas y él me le daba así hacia atrás, me las arrancó; yo tenía como dos días de habérmelas pegado…”. En medio de este forcejeo, afirma que corrió hasta la habitación, donde se encerró y dijo que no abrió la puerta hasta que su agresor se marchó.
Dice que después de esto se marchó a su residencia, aun manchada de sangre, donde se recostó en la cama y despertó esposada. Versión que ella rechaza.
Posteriormente fue notificada de que su pareja, supuestamente había resultado herido de gravedad, y estaba siendo acusada de tentativa de homicidio, violencia de género, entre otros. Al momento del proceso judicial no fueron tomadas en cuenta los antecedentes de violencia ni las heridas y golpes que esta presentaba.
A Rivas le dictaron tres meses de prisión preventiva el 25 de agosto del pasado año, a cumplir en la cárcel preventiva de Higüey. Sin embargo, no es hasta el 1 de julio que tienen una audiencia preliminar. Donde la defensa pretende logar una variación en la medida de coerción y lograr una presentación periódica.
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