El pelaje de la mayoría de los perros y gatos no los protege totalmente del frío. Aunque muchos perros tienen pelajes densos que ayudan a mantenerlos calientes en temperaturas frías, como las razas nórdicas, en la gran mayoría, principalmente algunas razas de pelo corto, perros pequeños, cachorros y perros adultos mayores, el pelaje no será suficiente.
“Como datos generales, entre los 7° y los 12°C un cachorro comienza a tener frío. A los 8° C algunos perros adultos pueden empezar a sentir frío y ya a partir de los -6° C casi todos los perros pueden estar en riesgo de presentar hipotermia. En el caso de los gatos, por debajo de los 22° comenzarán a tener frío. Una buena regla general es que, si la temperatura es demasiado fría para el tutor, es probable que también lo sea para su mascota”, explicó a Infobae el veterinario Juan Atilio Di Paolo de Royal Canin.
¿Cómo se los puede proteger del frío? En aquellos casos en que la mascota pasa tiempo en el exterior de la casa, puede resultar útil el cuidado adicional que proporciona el resguardo de la intemperie y el aislamiento del suelo (colchonetas, cunas o moisés).
“Si viven en el interior será importante evitar los cambios bruscos de temperatura cuando realicen salidas momentáneas. En caso de salidas bajo la lluvia puede ser necesario el uso de una prenda hecha con un material repelente al agua”, sugirió el especialista.
Y agregó: “Como parte de los cuidados diarios que puede tener un tutor de mascota, el aseo adecuado es importante. Un pelaje pesado y enmarañado no permite una correcta ventilación de la piel que está debajo y no la protege adecuadamente contra las temperaturas frías”.
Al igual que los dueños, las mascotas pueden sufrir afecciones respiratorias durante los meses de bajas temperaturas. Las más comunes pueden ser: traqueobronquitis infecciosa o tos de las perreras, complejo respiratorio felino, faringitis y laringitis, bronquitis, pulmonía. Los signos que podemos observar como consecuencia de estas afecciones van desde secreciones y congestión nasal, tos, ojos llorosos, pasando por falta de apetito, somnolencia, estornudos, fiebre y vómitos, dolor al tragar (manifestándose como inapetencia aparente), hasta llegar a sonidos pulmonares y dificultades para respirar.
¿Qué se recomienda para que no suceda?
Consideraremos algunos aspectos que nos ayudarán a evitar estos problemas del invierno.
– La primera es la alimentación, que debe ser adecuada en cantidad y calidad, ya que se necesitará energía para que el cuerpo mantenga su calor y nutrientes como vitaminas y minerales para reforzar las defensas.
– Puede ser que en algunos casos nuestra mascota baje su nivel de actividad, al salir menos por el frío, en estos casos debemos disminuir la ración.
– En cuanto a la hidratación, siempre debemos ofrecer agua limpia y fresca. En zonas de nieve o heladas matutinas revisar que el agua de bebederos en el exterior no esté congelada.
– La ropa para perros, en general, no es necesaria, aunque sí puede ser beneficiosa en caso de perros ancianos y con artrosis.
– Si nuestra mascota tiene acceso al exterior es recomendable que salga en las horas de más calor. Es recomendable apagar la calefacción 10 minutos antes de que salga para evitar los cambios bruscos de temperatura.
– Si vuelve mojado de su salida, es muy importante que lo sequemos completamente, prestando especial atención a las patas, orejas, pecho y abdomen.
– Por último, la cama de nuestra mascota debe ser calentita, cómoda y estar resguardada de corrientes de aire. También podemos proporcionarle una manta para ayudarle a conservar mejor el calor.
Fuente: Infobae
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