El papa Francisco lamentó el domingo el hecho de que “miles de personas están desplazadas” y amenazadas con el hambre, tras el golpe de Estado militar en Birmania.
“Uno mi voz a la de los obispos de Birmania, quienes la semana pasada lanzaron un llamamiento a la atención del mundo entero a la trágica experiencia de miles de personas desplazadas en ese país y que mueren de hambre”, declaró el pontífice, al final de la oración dominical del Ángelus.
“Suplicamos, dicen ellos, con toda la amabilidad posible, que se permitan los corredores humanitarios y que las iglesias, pagodas, monasterios, mezquitas, templos, así como las escuelas y hospitales, sean respetados como lugares neutrales de refugio”, añadió Francisco, citando a los obispos birmanos.
El país está sumido en el caos desde el gobierno de Estado que derrocó a la líder civil Aung San Suu Kyi y la represión llevada a cabo por el ejército birmando contra los manifestantes que reclaman el retorno a la democracia.
Los enfrentamientos han estallado en muchas partes de Birmania, donde los civiles han formado fuerzas de “autodefensa” para oponerse a la junta militar.
La represión contra los manifestantes desde el golpe de Estado que llevó a los militares al poder causó al menos 870 muertes y la detención de cerca de 5.000 personas, según la ONGs Asociación de Asistencia a los Presos Políticos (AAPP).
AFP
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