La inseminación intrauterina es un procedimiento para tratar la infertilidad. En condiciones normales, los espermatozoides viajan desde la vagina hasta el útero y las trompas de Falopio a través del cuello uterino. Allí, se encuentran con el óvulo y lo fecundan, dando así origen a la gestación.
Sin embargo, hay casos en los que este proceso no se completa, a veces porque hay alguna anomalía y otras veces sin que haya una explicación conocida. La consecuencia es la imposibilidad de lograr un embarazo y es ahí cuando la inseminación intrauterina puede ayudar.
¿De qué depende el éxito de la fecundación?
Para que la fecundación sea exitosa intervienen una serie de factores. El más importante es la edad de la madre. Se estima que a partir de los 30 años la posibilidad de embarazo se reduce hasta en un 50 o 60 %. Esto se debe a la disminución en la cantidad de óvulos disponibles, o reserva ovárica.
Otros factores que inciden en el éxito de la fecundación son los siguientes:
- Estado del útero y de las trompas de Falopio. Si hay algún problema anatómico o funcional en estos órganos, la fecundación podría ser inviable.
- La calidad del semen. Se estima que entre el 40 y el 50 % de los casos de infertilidad obedecen a una baja calidad de los espermatozoides.
- Tiempo de infertilidad. En general, a mayor tiempo de infertilidad, más difícil es lograr la fecundación.
- Precisión en la fecha de la ovulación. El procedimiento es más exitoso si coincide de forma exacta con la ovulación.
- Hábitos de vida. Un estilo de vida saludable favorece la fertilidad, así como los hábitos dañinos la perjudican.
¿Cómo funciona la inseminación artificial?
La inseminación intrauterina también se conoce con el nombre de «inseminación artificial»,«inseminación de donante» o «inseminación alternativa». Se trata de un procedimiento sencillo y menos costoso que otro tipo de tratamientos similares.
El objetivo es aumentar las probabilidades de conseguir un embarazo. En esencia, consiste en poner espermatozoides directamente en el útero cuando una mujer está ovulando. Esto reduce el tiempo y la distancia que debe recorrer el esperma, con lo cual se facilita la fecundación del óvulo.
Preparación previa
La preparación para la inseminación intrauterina incluye el control de la ovulación. Lo usual es que en un comienzo se realicen varias visitas al médico. En principio, se hace un análisis de sangre y una o varias ecografías. Luego, si es necesario, se ordenan medicamentos que deben empezar a tomarse durante el periodo.
Una semana después, se hace de nuevo el análisis de sangre y la ecografía. A partir de los resultados, el médico establece la fecha probable de la ovulación que es la más apta para realizar el procedimiento de inseminación artificial. La fecha más adecuada también puede establecerse mediante el uso de un kit de predicción de la ovulación.
Por otro lado, la pareja debe aportar una muestra de semen en la clínica. Si se usa un donante, el semen de este será descongelado. Luego, la muestra será sometida a un proceso de depuración (el «lavado») que elimina las impurezas y deja solo el esperma sano necesario para la concepción.
¿Cómo es el procedimiento de inseminación intrauterina?
El procedimiento de inseminación intrauterina no es invasivo y tampoco causa dolor. Por lo tanto, no requiere anestesia y se realiza en un tiempo corto. Los pasos que se deben completar son los siguientes:
- Acostarse en una mesa de examen.
- El médico empleará un espéculo para abrir la vagina con suavidad y visualizar el cuello uterino.
- Por medio de un tubo largo, flexible y delgado se hará llegar el semen al útero a través del cuello uterino.
- La mujer inseminada debe permanecer entre 10 y 30 minutos acostada.
En algunos casos es necesario repetir el procedimiento al día siguiente. La mayoría de las mujeres no experimentan ninguna molestia o solo efectos leves. La prueba de embarazo puede realizarse dos semanas después de la inseminación intrauterina.
Después del procedimiento
Algunos médicos recetan progesterona después de realizar la inseminación intrauterina. Esta, por lo general, se administra a través de un supositorio vaginal. También es posible que se haga un examen de sangre una semana después para verificar los niveles de estrógenos y progesterona.
Algunas mujeres presentan un sangrado leve después del procedimiento, durante uno o dos días. En todo caso, se pueden retomar las actividades normales de inmediato. Lo más importante en este momento es no estresarse por el posible resultado.
La tasa de éxito de la inseminación intrauterina es variable. En promedio, el 20 % las mujeres que se someten a este procedimiento quedan embarazadas. Si no se logra, es posible iniciar un nuevo ciclo de tratamiento para intentarlo de nuevo. Es posible que en este caso se empleen unos fármacos diferentes.
Posibles riesgos
La inseminación intrauterina es un método muy seguro y con riesgos mínimos. En un pequeño porcentaje de casos es posible que se desarrolle una infección como consecuencia del procedimiento. Sin embargo, esto es muy poco común.
Los mayores riesgos provienen de los medicamentos que se utilizan para la fertilidad. En particular, si se emplean gonadotropinas existe la posibilidad de un embarazo múltiple. Puede ser de mellizos, trillizos o, incluso, más bebés.
Un buen seguimiento médico impedirá que se liberen demasiados óvulos al mismo tiempo. A la vez, controlará la situación para que no se presente una afección llamada síndrome de hiperestimulación ovárica que lleva a que el ovario se agrande, se acumule líquido en el abdomen y haya calambres.
Esa afección también puede derivar en problemas más graves como la acumulación de líquido en el pecho y el abdomen a la vez, coágulos de sangre, problemas renales y torsión del ovario. En los casos graves, hay riesgo de perder la vida.
La consulta y la supervisión médica son esenciales
La decisión de optar por una inseminación intrauterina es personal, pero debe ser discutida a fondo con el médico. Dado que la posibilidad de éxito varía mucho de un caso a otro, es importante estar seguros de que es la mejor alternativa.
Es necesario tomar en cuenta que el resultado del procedimiento es incierto y, por lo mismo, requiere de una preparación emocional. Lo recomendable es probar tres ciclos de inseminación intrauterina y si no funciona, buscar otra alternativa.
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