Alexander Murajovski, quien era director del Hospital de Urgencias número 1 de la ciudad siberiana de Omsk cuando fue ingresado el opositor Alexei Navalny en agosto de 2020 tras sufrir un envenenamiento, desapareció el pasado viernes 7 de mayo y sigue sin ser localizado, según informó la Dirección General del Ministerio del Interior de la provincia de Omsk.
Tras estos hechos, Murajovski fue nombrado consejero de Sanidad de la provincia de Omsk.
“El 8 de mayo de 2021 la policía recibió un informe de que en la provincia de Omsk, el 7 de mayo, Murajovski abandonó en quad un campo de caza en dirección al bosque y hasta el momento se desconoce su ubicación”, explicó la entidad policial, según consigna la agencia de noticias rusa Sputnik.
En la búsqueda de Murajovski participan voluntarios, la policía, agentes de la Guardia Rusa (Rosguardia), rescatistas del Servicio de Emergencias y vecinos de la zona. Para la operación también han sido movilizados un helicóptero y varios drones.
Navalny ingresó en el Hospital de Urgencias número 1 de Omsk el 20 de agosto después de que se sintiera mal durante un vuelo de Tomsk a Moscú. Ante el cuadro de síntomas, compatibles con un envenenamiento, los médicos le indujeron el coma y le trataron con atropina, medicamento que suele utilizarse como antídoto para los agentes nerviosos.
Sin embargo, luego Murajovski anunció públicamente que a Navalny le diagnosticaron un trastorno metabólico. La esposa del opositor, Yulia, exigió que Navalny fuera trasladado al extranjero.
Murajovski primero decía que la condición del opositor hacía imposible su transporte, pero más tarde autorizó el traslado de Navalny, y el 22 de agosto este último ingresó al Hospital Universitario Charité en Berlín, donde se le diagnosticó envenenamiento. El entorno de Navalny y el propio opositor responsabilizan de lo ocurrido al presidente ruso, Vladimir Putin.
Sin embargo, Moscú asegura que durante el tratamiento de Navalny en Omsk no se encontraron indicios de su presunto envenenamiento y ha pedido los informes a los medios extranjeros que lo trataron.
El líder opositor se encuentra actualmente encarcelado. Fue detenido el 18 de enero a su llegada al aeropuerto de Moscú por incumplir la libertad condicional tras pasar meses en Alemania. Moscú rechaza las acusaciones del opositor contra Putin.
Su arresto provocó protestas en todo el país que fueron la mayor muestra de disenso contra el Kremlin en años.
El pasado 23 de abril Navalny, que se encuentra en un delicado estado de salud, anunció que abandonaba la huelga de hambre que mantuvo durante 24 días en prisión para exigir que lo vean sus médicos de confianza.
El líder opositor afirmó que, con el “tremendo apoyo de buenas personas en todo el país y en todo el mundo”, se ha logrado que lo examinen en dos ocasiones médicos externos, la última vez justo antes de la multitudinaria marcha que su equipo convocó en su apoyo el miércoles en más de un centenar de ciudades rusas.
Gracias a la presión internacional y nacional, Navalny fue llevado a un hospital civil en la región de Vladímir, a unos 200 kilómetros de Moscú.
Previamente, las autoridades solo habían accedido a ingresarlo en un hospital penitenciario cerca de la prisión en la que cumple una condena de dos años y medio de cárcel por un antiguo caso penal para que reciba suero y una terapia vitamínica.
El 29 de abril Navalny lució demacrado y agotado en su primera aparición desde que declaró el fin de la huelga de hambre, en la que denunció al sistema de justicia de Rusia en medio de la disolución de la red de oficinas regionales de su fundación.
Navalny, con la cabeza afeitada, se mantuvo desafiante, aunque su comparecencia virtual mostró que había perdido peso.
El activista ruso compareció ante el tribunal para apelar una condena por difamar a un veterano de la Segunda Guerra Mundial, un caso separado al que lo llevó a la cárcel. Al rechazar las acusaciones, dijo: “Exijo que las personas que juntaron firmas (en su contra) y los fiscales sean llevados ante la justicia penal”.
Navalny también habló con su esposa, Yulia Navalnya, quien estaba físicamente presente en la corte, y le contó detalles sobre su peso y lo que comió por última vez.
La Unión Europea (UE), Estados Unidos y las principales potencias occidentales responsabilizaron al gobierno de Putin por la salud de Navalny.
Después de semanas de creciente presión, los aliados de Navalny anunciaron el mes pasado que iban a disolver su red de oficinas de campaña en Rusia mientras un tribunal considera si declararlos a ellos ya su Fundación Anticorrupción (FBK) “extremistas”.
Si la red es declarada extremista, las autoridades obtendrán el poder legal para imponer penas de cárcel a los activistas y congelar las cuentas bancarias. El tribunal dijo el jueves que celebraría su próxima audiencia en el caso el 17 de mayo.
“Mantener el trabajo de la red de sedes de Navalny en su forma actual es imposible: inmediatamente conduciría a sentencias penales para quienes trabajan en la sede, quienes colaboran con ellos y para quienes les ayudan”, dijo Leonid Volkov, uno de de los aliados cercanos de Navalny, en un video de YouTube.
En el marco de la crecien persecución del Kremlin, el pasado 30 de abril el abogado Ivan Pavlov, que lidera Equipo 29, una ONG rusa que defiende a acusados de espionaje y que participa también en la defensa de las organizaciones del líder opositor Navalny, fue detenido en Moscú acusado de desvelar datos del sumario de una investigación preliminar.
Según fuentes citadas por la agencia Interfax, “el caso lo lleva el Comité de Investigaciones” de Rusia.
De ser declarado culpable, el abogado podría ser sancionado con un multa de 80.000 rublos (unos 1.200 dólares) o con hasta tres meses de prisión.
Infobae
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