Agresivos, peligrosos o asesinos, los mitos y estereotipos sobre la raza pitbull rondan desde hace mucho tiempo.
El debate por su potencial peligro se reabrió luego de que una mujer de nacionalidad argentina muriera en Estados Unidos luego de ser atacada por dos perros de su propiedad.
Para María Virginia Ragau, veterinaria y especialista en etología clínica, no hay que estigmatizar a la raza pitbull: «Si bien no son animales tan grandes, son muy macizos.
Tienen una mordida fuerte y sostenida, de modo que cuando toman una presa no la sueltan. Por lo tanto se debe tener un dueño muy responsable, que sepa cómo manejarlo, ya que al igual que con cualquier animal o cachorro hay que tener en cuenta una crianza adecuada con especial hincapié en la sociabilización».
En la mayoría de los casos que tomaron más relevancia, los perros atacaron a otras personas y en algunos a sus propios dueños, y es por ese motivo que los especialistas ponen el foco en la crianza responsable.
Para Ragau, uno de los puntos más importantes en la crianza de un perro, sea cual sea su raza, es el proceso de sociabilización.
«A cualquier cachorro lo tenemos que acostumbrar a estar con personas de todas las edades, con diferentes características y capacidades; socializar en diferentes ambientes y lugares, acostumbrarlo a los ruidos de la calle y por sobre todo a estar con otros perros. De esa manera, empezamos a armar pautas para evitar que a futuro haya problemas de agresividad».
Por otro lado, para la médica veterinaria Chavez no existen razas asesinas: «Todo se relaciona con el fin de la crianza del animal.
Si la crianza es inadecuada, el humano genera una especie de bomba que no sabe cuándo se puede llegar a detonar. En todos los casos, el perro ataca porque algo pasó en ese momento preciso, ya que los animales no tienen memoria de venganza o rencor. Lo que no debe olvidar nunca el humano es que el origen del perro es el de un animal salvaje».
«Es muy importante el tipo de juego: nunca debe ser pelear o tironear. El dueño debe evitar aquello que lo incite a morder y a gruñir, la interacción siempre debe ser controlada. Además las personas deben habituar al perro a usar collar fijo, a los paseos por la calle con el bozal canasta. Por otro lado, se debe dejar muy en claro dónde debe comer, dormir y quién tiene que tener la iniciativa de los contactos», aseguró Ragau.
El foco de atención en la raza pitbull
«En los primeros signos de mala conducta, como gruñido, o si muestra los dientes, el dueño debe hacer una consulta a un especialista para prevenir futuros accidentes y trabajar en la conducta», aseguró la etóloga.
La profesional en comportamiento de caninos afirmó que se debe tener especial precaución si hay niños en la casa: «Hay que enseñarles a los niños también cuestiones básicas, como que no se le suban encima cuando está comiendo ni intenten jugar. Por otro lado, no acercar la cara del niño a la cara del perro porque el animal puede reaccionar por cualquier motivo, ya sea por dolor o miedo».
«Cualquier animal agresivo va a producir lesiones. En una raza como la pitbull van a ser graves. Sin intención de quedar muy pesimista con la raza, hay que ser consciente de la fuerza que tiene este animal, pero con una crianza responsable y con la sociabilización correspondiente se puede prevenir todo esto», concluyó Ragau.
Por Infobae
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