Una auxiliar de enfermería estadounidense fue condenada a siete cadenas perpetuas, una por cada uno de los siete veteranos de las Fuerzas Armadas que asesinó con inyecciones fatales de insulina en un hospital en la ciudad de Clarksburg (Virginia Occidental), reporta Associated Press.
Reta Mays, de 46 años, se declaró culpable el año pasado ante una corte federal de haber inyectado deliberadamente a sus víctimas insulina no recetada entre los años 2017 y 2018. Anteriormente, había negado en tres ocasiones su implicación en las muertes.
«Varias veces sus abogados han dicho que no debería ser considerada un monstruo. Respetuosamente, no estoy de acuerdo con eso. Es de la peor clase. Es el monstruo que nadie ve venir», aseveró el juez federal Thomas Kleeh antes de dictar sentencia.
Acciones «depredadoras»
En su declaración de culpabilidad, Mays admitió haber administrado la insulina a pacientes que, según ella, estaban sufriendo, para asegurarse de que fallecieran «apaciblemente».
Asimismo, confesó que realizaba búsquedas en Internet sobre asesinas en serie y veía la serie de Netflix ‘Nurses Who Kill’ (Enfermeras que matan) durante sus turnos nocturnos. Mays afirmó también que su ‘ayuda a los veteranos’ le dio un sentido de control, ya que en aquel entonces padecía mucho estrés y tenía problemas en su vida personal y profesional.
Mientras, la acusación calificó las acciones de la condenada de «depredadoras». Los fiscales recordaron que sus funciones laborales se limitaban a medir las constantes vitales y los niveles de glucosa en sangre de los pacientes, ya que las auxiliares de enfermería no están cualificados para administrar fármacos.
Problemas mentales
Por su parte, Jay McCamic, el abogado de Mays, se refirió a la depresión y la ansiedad, entre otros problemas de salud mental que sufre su cliente.
«Mucha, mucha gente se pregunta por qué, por qué Reta hizo esto. […] Desgraciadamente, el por qué no es una pregunta que se pueda responder aquí. Reta no sabe por qué», afirmó McCamic.
Entretanto, el fiscal Bill Powell señaló la existencia de hasta 20 muertes sospechosas en el centro médico durante el tiempo que Mays trabajó allí. Sin embargo, esta solo fue incriminada por los casos con evidencias suficientes.
Fuente: RT
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