Santiago de Chile.- Chile está cerca de convertirse en el primer país del mundo en tener una Carta Magna escrita de forma paritaria, con un número equilibrado de hombres y mujeres. Ahora que las elecciones constituyentes están a la vuelta de la esquina, el gran interrogante es: ¿será feminista?.
Lograr la paridad en la asamblea constituyente fue uno de los mayores triunfos de la llamada «marea violeta», uno de los colectivos más guerreros y con mayor presencia en las masivas manifestaciones de 2019.
Para la histórica líder feminista Fanny Pollarolo, es una «buena señal la gran cantidad de mujeres con voluntad de cambio real» que están postulando a las elecciones constituyentes, que se aplazaron por la covid-19 al 15 y 16 de mayo.
En los comicios se escogerá a 155 candidatos que redactarán en un plazo máximo de un año la nueva Constitución, que deberá refrendarse luego en otro plebiscito a mediados de 2022.
«Las mujeres estamos ante una oportunidad única de impregnar esta Constitución de la exigencia de la igualdad y la libertad, y de transformar culturalmente a Chile», señaló a Efe Pollarolo, miembro del Partido Socialista y cuyo rol para el movimiento feminista fue crucial durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Desde el colectivo, la postura es unánime: pese a que la equidad esté más cerca que nunca, que el texto sea más o menos feminista dependerá de los candidatos electos.
Independientemente de los resultados, la antropóloga y candidata independiente Francisca Fernández aseguró a Efe que en Chile existe un «feminismo transversal» que ha logrado cruzar varios sectores políticos.
«Nuestra fuerza sostuvo las revueltas hace un año y ahora la misma fuerza va a servir para presionar y que el proceso constituyente sea feminista», expresó Fernández, miembro de la Coordinadora Feminista 8 de marzo, una de las más importantes del país.
«TEÑIR LA CONSTITUCIÓN DE VIOLETA»
La nueva Carta Magna es para muchos ciudadanos una oportunidad de mejorar servicios básicos como las pensiones, la salud o la educación, pero también una oportunidad de dejar un sello feminista.
Erradicar la violencia machista -que en lo que va de año ha dejado una decena de víctimas mortales en Chile-; proteger los derechos sexuales y reproductivos, y despenalizar el aborto -algo que el Parlamento está discutiendo actualmente- son los temas que más se repiten en los programas de muchas constituyentes.
La politóloga de la Universidad de Chile Claudia Heiss afirmó a Efe que «no es habitual que una Constitución materialice de forma directa este tipo de derechos», pero sí «puede sentar las bases para que luego se hagan posibles a través de la política ordinaria».
«Va a ser complicado que el aborto y otros temas queden escritos en la Constitución dada la combinación de fuerzas políticas actual», aclaró.
Para Camila Rojas, diputada del partido Comunes (izquierda), el objetivo es lograr que el movimiento feminista «tiña el proceso de violeta».
Entre los candidatos también hay algunos que rechazan el aborto o que critican las medidas que buscan la paridad en las esferas de poder, por lo que el rol de las feministas será «enfrentar el conservadurismo, a menudo sobrerepresentado en Chile», agregó a Efe Rojas.
TODOS LOS FEMINISMOS
La aplastante victoria del «Apruebo» en plebiscito de octubre, que con un 80 % de los votos abrió la posibilidad de enterrar la actual Constitución, heredada de la dictadura, llevó a decenas de feministas de todas las edades, afinidades políticas y profesiones a alistarse como candidatas.
Para Hortencia Hidalgo, aymara y postulante por la norteña región de Arica, las mujeres siempre han sido «las guardianas y cuidadoras de los territorios», por lo que «en este momento de la historia de Chile nuestro discurso es de vital relevancia».
La lucha por la igualdad está también presente en el discurso de una parte de la derecha chilena, e incluso logró permear a los sectores más religiosos.
«Buscaré terminar con todo tipo de discriminación estructural hacia la mujer, hasta lograr una plena reivindicación de nuestros derechos», indicó a Efe la candidata evangélica Alejandra Acevedo, quien tiene sus reservas sobre asuntos centrales del feminismo, como el aborto.
Otro de los puntos más escuchados entre las candidatas es «diversificar el programa feminista», es decir, que la nueva Constitución reconozca a todas las mujeres, incluidas las indígenas, afrodescendientes, trans y otras minorías.
«Necesitamos constituyentes que visibilicen estas diversidades», agregó a Efe la candidata y activista Constanza Valdés: «No podemos dejar atrás las problemáticas de las mujeres que lo tienen más complicado para llegar a la esfera pública».
EFE
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