Ciudadanos se manifestaron este sábado en Buenos Aires para protestar contra las nuevas restricciones dictadas por el Gobierno argentino, en especial la suspensión de clases en las escuelas, para hacer frente a la segunda ola de la covid-19.
La protesta se concentró en el centro capitalino, cerca del emblemático Obelisco, donde ciudadanos se manifestaron con banderas celestes y blancas y pancartas, algunos desde sus automóviles, expresando su rechazo a las nuevas restricciones sanitarias.
También hubo una concentración a las puertas de la residencia presidencial, en la localidad de Olivos.
El pasado miércoles, el presidente argentino, Alberto Fernández, anunció para Buenos Aires y su periferia una ampliación del horario de restricción a la circulación nocturna que ya regía desde el día 9.
Además, impuso desde este viernes y hasta el próximo día 30 la suspensión en la capital y su cordón urbano de las actividades recreativas, sociales, culturales, deportivas y religiosas y los servicios gastronómicos en los lugares cerrados y dispuso que el comercio opere en un horario más acotado.
Pero la medida que generó más polémica fue la de suspender por dos semanas las clases presenciales en los colegios de Buenos Aires y sus alrededores.
El alcalde capitalino, el opositor Horacio Rodríguez Larreta, presentó una acción de amparo ante la Corte Suprema para que frene el cierre de las escuelas, mientras que hubo varias presentaciones ante tribunales locales por parte de establecimientos educativos, organizaciones no gubernamentales, asociaciones de padres de alumnos y particulares.
Tras reunirse este viernes con Rodríguez Larreta y ratificar la medida adoptada, Fernández lamentó que el asunto haya sido llevado a la Justicia y dijo que nadie quiere suspender las clases presenciales pero que «en estos momentos debe prevalecer el criterio epidemiológico y no el educativo».
Fernández argumentó que el reinicio de las clases, el pasado 17 de febrero, llevó a un incremento del 25 % en la circulación de personas en el área metropolitana, con más contagios que, alertó, han crecido en forma «exponencial» en chicos de 9 a 19 años.
Por otra parte, llamó a la reflexión a empresarios gastronómicos que anticiparon que no acatarán las medidas, dirigentes políticos opositores que objetan las restricciones y hasta escuelas que anunciaron que abrirán las puertas de todos modos, a los que advirtió que el Gobierno «será estricto».
Aseveró que «las leyes se hacen para ser cumplidas» y que los sectores económicos afectados serán asistidos por el Estado.
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