La actriz Anya Taylor-Joy nació en Florida y se trasladó a Buenos Aires cuando era un bebé antes de mudarse a Londres con su familia a los seis años. La protagonista de ‘Gambito de dama’ ha explicado en varias ocasiones que se negó a aprender inglés hasta que cumplió los ocho porque creía que así sus padres se verían obligados a regresar a su querida Argentina, pero la estrategia no funcionó y solo consiguió sentirse aún más aislada en su nuevo hogar.
«Siempre bromeo con este tema, pero hablo en serio cuando digo que los personajes de los libros de ‘Harry Potter’ eran mis amigos. Me pasé los dos primeros años en Inglaterra jugando a las palmas con las plantas, porque si las golpeas lo suficientemente fuerte, te devuelven el golpe, y aprendiendo a leer. Esa era toda mi vida. No me juntaba con otros niños. Era claramente una niña muy normal», ha desvelado en una nueva entrevista a ELLE.
Su interés por el mundo de la interpretación surgió precisamente por los problemas que afrontó en la escuela, que acabó abandonando a los 16 años tras hartarse de lidiar con los acosadores.
«No es que no quiera hablar del tema porque resulte traumatizante, sino que simplemente no quiere dedicarle atención o tiempo», ha desvelado.
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