Difteria
La anamnesis (entrevista clínica que realiza el médico para conocer la sintomatología del paciente) es una parte importante en el diagnóstico de la difteria. El médico debe sospechar ésta en niños no inmunizados correctamente, o en adultos que presentan síntomas compatibles y que hayan viajado o provengan de países donde la difteria es endémica.
A continuación, la exploración física permite al médico visualizar el interior de la boca del paciente, donde se observará la presencia de membranas grisáceas muy adheridas a las mucosas de las amígdalas y de la parte posterior de la garganta. Sin embargo, la formación de exudados similares en otras muchas infecciones faríngeas, conocidos normalmente como placas, dificulta la realización del diagnóstico adecuado de la enfermedad.
La presencia de otros síntomas como los descritos anteriormente (fiebre, dolor al tragar, tos, inflamación del cuello, adenopatías…) serán de gran ayuda para hacernos pensar en C. diphtheriae como causante del cuadro.
El diagnóstico definitivo de la difteria se consigue con la visualización directa de la bacteria al microscopio o su cultivo en el laboratorio. Para ello es necesario extraer de la garganta del paciente una muestra del exudado faríngeo.
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