En medio de un silencio casi sepulcral este lunes en el centro de Mineápolis (Minesota, EE.UU.), una ciudad «agotada» tras los episodios de violencia que se vivieron en 2020, relucía un ataúd brillante con un mensaje en honor a las víctimas «olvidadas» de la violencia policial en Estados Unidos.
Este féretro solitario de un metro noventa de longitud reposaba en el suelo cuando llamó la atención de cinco miembros de las fuerzas del orden que patrullaron durante todo el día en los alrededores del juzgado donde se celebra el juicio contra Derek Chauvin, el expolicía acusado de matar al afroamericano George Floyd.
«No te acerques, puede ser peligroso», dijo a Efe un oficial de la Guardia Nacional estadounidense que portaba un rifle M16 y que se encontraba detrás de dos vallas de tres metros de altura, con concertina de alambre incluido.
MENSAJE PARA LA JUSTICIA ESTADOUNIDENSE
Lo que se preguntaban los guardias nacionales y policías estatales era «cómo diablos» había terminado un ataúd de esas magnitudes justo delante de uno de los lugares más fuertemente vigilados de EE.UU. en estos momentos.
El temor de los soldados y agentes por su contenido desconocido contrastaba con el ramo de rosas de distintos colores, que yacía en uno de los extremos del simbólico ataúd, revestido con un mosaico de cristales.
Lo poderoso del féretro, sin embargo, era el mensaje en mayúsculas que llevaba escrito, en un tono rojo bermellón.
«Para todos los que no fueron filmados; que no tendrán un juicio; que no recibieron justicia; cuyos nombres no fueron mencionados; casos que fueron barridos bajo la alfombra; que no consiguieron un levantamiento nacional; y cuyas ciudades no ardieron a partir del dolor. Os lo merecéis todo», se podía leer.
«Justicia», pedía el ataúd.
LA SOLEDAD DEL ATAÚD
La soledad de este sarcófago resplandeciente, colocado al este del edificio del Centro Gubernamental del condado de Hennepin, escenario del juicio más seguido del momento en el mundo, era acorde con la sensación que se respiraba este lunes en el centro de la ciudad.
Las fuertes medidas de seguridad que rodean la sede del tribunal en el caso por la muerte de Floyd, con vallas metálicas, militares armados y vehículos blindados, y los recuerdos de los altercados vividos entre mayo y junio del año pasado alejaron a la mayoría de los habitantes de Mineápolis del activismo presencial.
Si bien las autoridades y los medios de comunicación esperaban manifestaciones enfrente del juzgado con el comienzo del proceso contra Chauvin, la realidad es que solo unos pocos se acercaron a los aledaños del inmueble a primera hora de la mañana, antes del inicio del juicio, para mostrar su rechazo a la violencia policial contra las minorías en EE.UU.
Lo hicieron también para acompañar a los familiares y al equipo legal de Floyd, que hicieron declaraciones ante medio centenar de medios de comunicación para entrar después en el juzgado.
EL CENTRO, TAPIADO
Esta poca afluencia de gente, que demostró el «cansancio» generalizado de los minepolitanos, apuntó un activista a Efe, hizo que el silencio fuese la nota predominante durante el día en el centro de la «ciudad de los lagos», cuyos negocios y edificios oficiales están o bien vallados, o bien tapiados.
Las únicas interrupciones a este mutis en la explanada principal delante del recinto venían dadas por las conexiones en directo de los decenas de periodistas que contaban a sus respectivos países o estados de EE.UU. la evolución del juicio dentro de la sala.
En unas cuatro semanas, no obstante, el panorama podría cambiar en Mineápolis dependiendo del resultado del veredicto contra Chauvin, que enfrenta tres cargos por el presunto asesinato de Floyd tras asfixiarlo con su rodilla en un barrio del sur de la ciudad.
Fuente: EFE
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