Para los expertos, la pandemia ha acaparado todos los recursos con los que contaban otras enfermedades. Esto, dicen, ha agravado la capacidad de investigación, detección y seguimiento de otras patologías, como la tuberculosis, que el 24 de marzo conmemora su Día Mundial.
Puede darse un retraso en los planes para combatir la enfermedad de hasta ocho años.
Lejos de ser una enfermedad erradicada, la tuberculosis todavía es una de las primeras causas de muerte de origen infeccioso en el mundo.
Según la Organización Mundial de la Salud, se trata de una patología provocada por una bacteria que afecta, en la mayoría de los casos, a los pulmones.
Desde la OMS señalan que la tuberculosis se transmite de persona a persona, a través del aire. Cuando un afectado por la enfermedad pulmonar tose, estornuda o escupe, expulsa gérmenes tuberculosos al aire. Basta con que una persona inhale unos pocos para quedar infectada.
Desde el punto de vista del manejo clínico, la COVID-19 y la tuberculosis son enfermedades “parecidas”.
Ambas, dicen los expertos, pueden coexistir y difíciles de diferenciar porque tienen síntomas comunes, como tos, fiebre y disnea.
El doctor José María García, director del Programa de Investigación Integrado de Tuberculosis de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), destaca:
“La coexistencia de ambas enfermedades en una persona agrava la situación, pues hay estudios que demuestran que hay un aumento de la mortalidad cuando esto pasa”.
Por ello, y en conmemoración del Día Mundial de la Tuberculosis, los expertos advierten del impacto que ha tenido la pandemia en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la tuberculosis.
Bajo el lema ‘El tiempo corre‘, los profesionales quieren transmitir que el mundo se está quedando sin tiempo para cumplir con los compromisos pactados para poner fin a la tuberculosis.
Regresión de 5 años en la lucha
Para los expertos, la conmemoración de este día ha estado marcada, en esta ocasión, por las consecuencias que ha provocado la COVID- 19.
Desde la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) informan de que el impacto del virus ha desbordado a los servicios de vigilancia epidemiológica encargados del seguimiento de esta enfermedad, así como de otras de declaración obligatoria.
De la misma manera lo señala la SEPAR, que asegura que los esfuerzos se han centrado en la lucha contra la COVID-19. Desde entonces, informan, la inversión, el seguimiento y diagnóstico de la tuberculosis se han visto mermados.
La SEPAR estima que una reducción de la detección global de la tuberculosis en tres meses puede conducir a un 13 % en el incremento de muertes por esta enfermedad.
Esto significa, conforme con el editorial de Archivos de Bronconeumología, regresar a las cifras de mortalidad que se registraron en 2015 (10,4 millones de enfermos y 1,4 millones de muertes).
La SEE calcula que, desde el año 2000, los esfuerzos mundiales por combatir esta infección han salvado aproximadamente 63 millones de vidas.
No obstante, detallan, la pandemia ha puesto en riesgo el progreso de la estrategia de la OMS para poner fin a la tuberculosis.
A raíz de esta situación, según un informe de la OMS, se estima que podría haber 6,3 millones de casos adicionales de tuberculosis entre 2020 y 2025, así como 1,4 millones de muertes adicionales después del confinamiento y su recuperación.
Esta situación podría implicar, considera la OMS, una regresión de entre 5 y 8 años en la lucha contra la tuberculosis.
España, segunda mayor incidencia
Para los expertos, el aumento de la vigilancia de la tuberculosis cobra todavía más importancia teniendo en cuenta que, en 2018, España registró la segunda mayor incidencia de Europa Occidental con 9,4 casos por cada 100.000 habitantes.
Así se desprende del informe ‘Tuberculosis surveillance and monitoring in Europe’ del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC).
La tasa de enfermos por cada 100.000 habitantes fue de 8,9 en Francia; 8 en Gran Bretaña y 7 en Italia.
Desde la SEE lamentan que los datos más recientes sean de 2018, pues los sistemas de vigilancia epidemiológica han tenido que centrar todos sus esfuerzos en analizar y combatir la COVID.
Según esta entidad, la tuberculosis continúa provocando 4.000 fallecimientos y 28.000 infecciones cada día en todo el planeta, 5.000 de las cuales se producen a España cada año.
Más vulnerables
En palabras de la OMS, las personas infectadas con el bacilo tuberculoso tienen a lo largo de la vida un riesgo de enfermar de tuberculosis de un 10 %.
Sin embargo, este riesgo, detallan, es mucho mayor para las personas cuyo sistema inmunitario está dañado, como ocurre en casos de infección por el VIH, malnutrición o diabetes, o en quienes consumen tabaco.
En 2019, existieron 10 millones de personas que enfermaron por tuberculosis a nivel global, según el Informe Global de Tuberculosis de la OMS.
Se registraron 1,2 millones de muertes de tuberculosis entre las personas VIH negativas y 208.000 muertes entre personas VIH positivas, prosigue.
Entre los afectados de quince años o más, explican los expertos, el 56 % fueron hombres y el 32 % mujeres. Por debajo de los quince años, hubo un 12 % de niños con tuberculosis.
El informe, que recoge los últimos datos de la tuberculosis en el mundo en 2020, indica que entre estos afectados hubo un 8,2 % de personas que, además, tenían VIH.
Ante estas cifras, los profesionales lanzan un mismo mensaje a las autoridades sanitarias y de Salud Pública por el Día Mundial de la Tuberculosis: que reanuden y refuercen las intervenciones de control de esta enfermedad.
Fuente: EFE
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