Infobae.- La noticia de la internación del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en el día de ayer a causa de una arritmia leve volvió a poner el foco sobre los síntomas persistentes que pueden afectar a algunos pacientes luego de una infección por COVID-19.
El mandatario había dado positivo al test de coronavirus en enero, al regreso de unos días de descanso en la costa atlántica con su familia y ayer martes manifestó a su médico personal un inusual cansancio al realizar su rutina de ejercicio diaria, por lo que el especialista le recomendó que se realizara un chequeo completo. En el Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT) le diagnosticaron una arritmia leve y decidieron dejarlo internado en observación hasta esta mañana, que recibió el alta.
Para saber si lo que le ocurrió al jefe de gobierno de la Ciudad se trató de un caso aislado o pudo tener relación con su cuadro previo de COVID-19, Infobae consultó a especialistas.
“Con los datos que tenemos a nivel mundial se sabe que uno de cada diez pacientes que sufre COVID puede tener alguna forma de inflamación cardiaca”. El médico cardiólogo Juan Pablo Costabel (MN 119.403) señaló que, además, “se sabe que aquellos que tienen más chances de padecerla son quienes tienen formas graves de COVID, en los que el proceso inflamatorio es mayor”.
El jefe de la Unidad Coronaria e Internación del ICBA Instituto Cardiovascular puntualizó que “esa inflamación cardiaca técnicamente se llama injuria miocárdica y una de sus consecuencias son las arritmias cardiacas”. “Las arritmias pueden ser auriculares y ventriculares según de qué parte del corazón provengan -detalló Costabel-. Y pueden tener distintos nombres técnicos, como taquicardia auricular, fibrilación auricular, taquicardia ventricular y lo más común de todo son extrasístoles auriculares y ventriculares”.
“La infección por COVID-19 no deja de ser una infección viral en cuanto a que afecta en general a todos los aparatos del cuerpo, en mayor o menor medida. Sobre todo en la primera fase o en el caso del COVID cuando se complica con infecciones respiratorias, aproximadamente entre el séptimo y el décimo día.
Esas acciones del virus sobre distintos tejidos son las que pueden traer aparejados, entre otras cosas, las arritmias cardíacas”, aportó por su parte el médico cardiólogo Gustavo Cerezo (MN 66.559).
El jefe de Prevención y Medicina Ambulatoria del ICBA Instituto Cardiovascular explicó a este medio que “las arritmias cardiacas no son una enfermedad en sí sino una variedad de trastornos del ritmo y de la conducción eléctrica en el corazón que tiene diversas variantes: desde las muy poco importantes y virtualmente normales en un porcentaje de la población, hasta las que son graves y mortales como la fibrilación ventricular, más conocida como muerte súbita”.
Para Costabel, “la ocurrencia de estos eventos obliga a que todos los pacientes que sufrieron COVID tengan una evaluación cardiovascular previo a su iniciación deportiva”. Y tras precisar que esa evaluación “debe incluir un ecocardiograma, un holter de electrocardiograma y un eco estrés con ejercicio”, el profesional sostuvo que “son los estudios básicos para evaluar el estado cardiaco que regularmente debiera hacerse una persona, a los que se le agrega el holter para descartar arritmia post COVID”.
Según Cerezo, “el tipo de arritmias que aparecen normalmente no son arritmias severas, pero eso no quita que el paciente pueda sentirlas o no, o sea que pueda tener síntomas. Los sintomas más comunes con respecto a las arritmias, son las llamadas palpitaciones o sensación de falta de aire”.
“Las arritmias pueden requerir tratamientos transitorios o permanentes, lo que no sabemos aún es cuánto dura en el tiempo esa inflamación cardiaca; por ahora no impresiona que vayan a dejar lesiones duraderas”, destacó Costabel, para quien “si en el chequeo se detecta alguna inflamación cardiaca requiere seguimiento”.
En palabras de Cerezo, “en el paciente con COVID agudo, lo que hay que buscar cuando se observa la aparición de una arritmia, es si hay un compromiso del músculo cardiaco o no. Si es así, es una complicación de cuidado que debe ser bien vigilada porque puede terminar en una insuficiencia cardiaca”.
En ese sentido, el especialista precisó que en ICBA hacen dos tipos de evaluaciones post COVID y los clasifican de acuerdo a si el paciente requirió oxígeno durante el período agudo o no. “En los casos de los paciente que requirieron oxígeno es más profunda la evaluación, pedimos una tomografía computada, un estudio muy completo de la función respiratoria, gases en sangre, una rutina de laboratorio más profunda y también un estudio de imágenes, lo que se llama comunmente doppler periférico, además del cardiaco para tener claro que no haya trombosis remanentes -detalló-. Con esta evaluación le podemos decir al paciente si puede volver a la normalidad de forma progresiva”.
Por último, sostuvo que “las arritmias post COVID muy raramente producen problemas graves si son diagnosticadas y tratadas a tiempo”. “En la poca bibliografía que se dispone hasta ahora son muy raros los casos de complicaciones graves por arritmias en pacientes recuperados de coronavirus, pero hay que tener en cuenta que requieren un diagnóstico y a veces un tratamiento específico”.
“Algunas arritmias sólo requieren control, otras tratamiento farmacológico, pero en general el pronóstico es bueno -predijo Costabel-. Con tratamiento y controles el paciente puede reinsertarse en su actividad deportiva de rutina; el problema es hacerlo sin saber que se sufre esa condición”.
Y concluyó: “La gente no debe alarmarse, más bien saber que existe esta posibilidad y consultar; es un ejemplo más de la necesidad de realizarse chequeos cardiovasculares”.
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