Literalmente, el trabajo de tus sueños. En enero, las transmisiones en YouTube de gente durmiendo batieron récords. ¿Te unirías a la tendencia?
Es el caso del youtuber inglés Super Mainstream: se puso su pijama, se acostó en su cama y esperó a que su audiencia le hiciera donaciones mientras dormía. En un vivo de seis horas, durante el cuál no hizo otra cosa que dormir, ganó dinero: unos 2 mil 700 dólares.
La propuesta de este youtuber fue la siguiente: él tenía que mantener el sueño mientras sus seguidores intentaban despertarlo. Así, los espectadores trataban de que se levantara mandando mensajes, vídeos y canciones a través de Alexa.
Pero esta no es la primera experiencia de este tipo que aparece.
En una investigación de The New York Times se explica que esta tendencia empezó en 2015, en la red social YouNow. Sin embargo, nunca se llegó a los niveles que hay hoy en día en TikTok o su par china, Douyin: en ésta, casi 19 millones de personas se sumaron a un streaming para ver a un usuario dormir. Estas plataformas permiten intercambiar las donaciones económicas de los usuarios por dinero en efectivo.
Pero, ¿por qué alguien paga por esto? ¿Fetichismo? ¿Morbo? ¿Aburrimiento? Quizás no sea tan relevante la respuesta. Quizás ni siquiera importe.
MÁS EJEMPLOS: ¿ES DORMIR EL TRABAJO DEL FUTURO?
YouTube, TikTok, Douyin… La gente duerme y lo difunde dondequiera del universo online. Y gana dinero. También en la popular plataforma de stream Twitch.
Amouranth es una usuaria de Twtich. Tiene unos 2 millones de seguidores en su cuenta y descubrió que estarían dispuestos a verla incluso sin hacer nada. Es por eso que ahora también decidió sumarse a esta tendencia de transmitirse mientras duerme. Cuando lo hace, sus seguidores pagan y hacen donaciones a su cuenta que luego ella puede convertir en efectivo.
Asian Andy, otro usuario de Twitch, ganó 2 mil dólares con su primer vídeo durmiendo. Desde que lo publicó sumó un poco más de 9 millones de visitas. Durante el año pasado consiguió ganar unos 32 mil dólares gracias a dos vídeos en los que no hacía más que dormir. Lo más paradójico es que el primer video que subió lo hizo sin querer: había comido muchas golosinas con THC y se quedó dormido drogado, y nunca apagó el stream.
MILLENNIALS, CENTENNIALS Y SU RELACIÓN CON EL SUEÑO
Qustodio, la empresa que desarrolla software de control de tiempo en pantalla, realizó un estudio para conocer cómo duermen las nuevas generaciones. La compañía estudió trastornos de sueño de los más jóvenes durante la pandemia. El resultado arrojó que tienen muchos problemas para dormir y que las pantallas son parte del origen de esto.
Los especialistas indicaron que las pantallas deben estar fuera de las habitaciones de los jóvenes si quieren dormir bien. También que deben evitarse una hora antes de irse a dormir.
En este sentido, quedarse pegado al monitor para ver a alguien dormir durante horas no es la mejor opción para conciliar el sueño, algo que sería genial sobre todo si podemos ganar dinero por hacerlo. Además, el informe indicó que esta generación tiene problemas para conciliar el sueño porque “se llevan los dispositivos a la cama y se quedan horas chateando”.
Para poder entender qué está pasando en nuestra cabeza cuando hay pantallas alrededor consultamos a Giannina Bellone, becaria doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina e integrante del Laboratorio de Cronobiología (Universidad Nacional de Quilmes) y del Laboratorio de Cronofisiología (Instituto de Investigaciones Biomédicas, Universidad Católica Argentina-CONICET).
Según nos explicó, “cuando nos quedamos hasta las mil horas mirando una serie o durmiendo con una pantalla prendida se generan problemas. Los estudios señalan que las pantallas de noche nos engañan, porque nos mantienen alerta y después no podemos conciliar el sueño”.
Sí, mirar gente dormir hasta cualquier hora puede traer problemas de salud para nosotros y para el influencer que duerme rodeado de la luz de la pantalla —aunque gane muchos dólares.
Giannina nos dice que tenemos que tener una buena calidad del sueño y una buena cantidad. “En promedio, una persona adulta tiene que dormir entre 7 y 8 horas. Por ahí alguien dice ‘uy, dormí 9 horas’, pero en esas horas se levantó al baño tres veces, miró por la ventana y prendió el celu para ver mensajes. Entonces, no fueron 9 horas de calidad”.
Y tú, ¿pagarías por ver dormir? ¿Prefieres ser tú el que gane diner con ello? ¿Es realmente esto real o es sólo un sueño?
Play Ground Mag
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