El concepto de verdad es fundamental para la película de Patty Jenkins, «Wonder Woman 1984», la segunda de su franquicia de superheroínas.
Esa búsqueda de la verdad nos obliga a hacer preguntas complejas sobre la historia y la memoria cultural, y se relaciona con la inspiración de la propia historia del origen de la Mujer Maravilla.
La anterior entrega de esta serie (2017) tenía lugar en Europa durante la Primera Guerra Mundial y exploraba los efectos traumatizantes de la guerra en la humanidad; en esta ocasión, Wonder Woman se encuentra en Washington DC, 70 años después.
Ambas películas contienen breves secuencias iniciales, contadas en flashback, en las que vemos a la joven Diana Prince en su isla natal de Themyscira, compitiendo junto a guerreras veteranas en torneos de proporciones olímpicas.
Pero si parpadeas te pierdes esas referencias a la historia amazónica de Prince.
Más que las historias que inspiraron al personaje, el público contemporáneo probablemente conoce a la Mujer Maravilla como la interpreta Gal Gadot en las películas de Jenkins o la actriz estadounidense Lynda Carter -protagonista de la serie de televisión ABC y CBS de la década de 1970-, o como apareció originalmente en cómics por primera vez en EE.UU. en 1941.
Pocos sabrán que las amazonas de la mitología griega y las mujeres guerreras de la vida real que llevaron a esta icónica Mujer Maravilla moderna podrían, de hecho, tener sus raíces en la antigua Persia, el Irán moderno.
«Siempre ha habido historias de amazonas y mujeres amazónicas; a veces han circulado escondidas bajo la superficie y otras veces, como hoy en día, se abren paso en la cultura popular», le dice a BBC Culture Adrienne Mayor, académica de la Universidad de Stanford y autora de «Las Amazonas: vidas y leyendas de mujeres guerreras en todo el mundo antiguo».
La diferencia es que ahora, «ya no es posible negar la realidad detrás de los mitos de las amazonas«.
Una leyenda inspirada en la realidad
Si bien la historia de una raza de mujeres guerreras apareció por primera vez en la mitología griega, excavaciones en el norte y este de la región del Mar Negro han revelado que mujeres guerreras como las amazonas existían en la vida real.
En diciembre de 2019, se encontraron las tumbas de cuatro guerreras de la región sármata del siglo IV a.C. en el pueblo de Devitsa, en lo que hoy es Rusia occidental.
Los sármatas eran un pueblo de herencia iraní, con hombres y mujeres diestros en la equitación y la batalla.
Las excavaciones dentro de las fronteras modernas de Irán han revelado la existencia de guerreras.
En la ciudad de Tabriz, en el noroeste de Irán, se desenterraron 109 tumbas de guerreros. La arqueóloga Alireza Hejebri-Nobari confirmó en una entrevista de 2004 que el ADN encontrado en una pertenecía a una mujer.
La prueba de ADN debía realizarse en otras tumbas de guerreros, 38 de las cuales aún están intactas, pero esa investigación se detuvo en agosto de 2020 debido a la falta de recursos.
Las grandes rivalidades de los antiguos griegos y persas están bien documentadas en el arte, la historia y la mitología griegas. Tanto es así que los historiadores de la antigua Persia se basan en la interpretación griega de la región para descubrir su historia.
Los expertos han identificado representaciones de mujeres en batalla con hombres griegos en jarrones y otras cerámicas, vestidas con ropa de estilo persa.
En la década de 470, los griegos comenzaron a referirse a las representaciones de los persas como las amazonas, convirtiendo a sus adversarios de la vida real en folclore mitológico.
Hasta la palabra «Amazonas», que significa «guerrero», probablemente tiene sus raíces en el idioma iraní.
Según Heródoto, el escritor y geógrafo griego del siglo V a menudo acreditado como el primer historiador, las amazonas tenían una existencia idílica exclusivamente femenina en la Turquía actual.
Saquearon el Imperio Persa y procrearon con tribus vecinas, quedándose con las niñas para criarlas como la próxima generación de guerreras.
Pero fueron derrotadas por los griegos en la batalla de Temiscira. Enviadas al mar, las amazonas finalmente entraron en Escitia cerca del Mar Negro.
En vez de luchar unos contra otros, las amazonas y los escitas unieron fuerzas, y sus descendientes fueron los sármatas. Tanto los escitas como los sármatas están conectados con el Irán actual.
Mujer Maravilla real
Sin embargo, las mujeres guerreras de la vida real existían no sólo entre los escitas y sármatas.
«Muchas culturas antiguas, además de Grecia, contaron historias emocionantes de mujeres guerreras; esas historias se encuentran en Persia, Egipto, Roma, el Cáucaso, Asia Central, Mongolia, India y China», explica Mayor, que también dirige un grupo de Facebook, Amazonas Antiguas y Modernas, para compañeros eruditos y entusiastas.
Y la historia revela innumerables ejemplos de mujeres guerreras de la vida real, como Cinane, media hermana de Alejandro el Grande, que provenía de una tradición de mujeres guerreras y a quien le enseñaron las mismas habilidades militares que al joven Alejandro.
Pantea Arteshbod, una comandante persa durante el reinado de Ciro el Grande, fue fundamental para mantener la ley y el orden después de la conquista neobabilónica de Ciro.
La reina árabe Zenobia, del Imperio Palmireno en Siria, se rebeló contra Roma para conquistar el tercio oriental del Imperio Romano.
Y Juana de Arco, la mujer guerrera más famosa de la historia europea, a su vez inspiró a otras en toda Europa: se dice que la nieta de Isabel de Castilla, María Tudor de Inglaterra y una guerrera por derecho propio de España, siempre tenía una crónica de la vida de Juana a la mano.
En la literatura y la cultura antiguas y modernas, la figura de la mujer guerrera aparece en cuentos populares y de hadas, como la historia popular china Mulan, y en poemas épicos como «La reina de las hadas« de Edmund Spenser, la obra épica árabe «Delhemma» y «El libro de los reyes», escritos por el poeta persa Ferdowsi.
En la cultura popular contemporánea, aparece regularmente en diversas formas, incluidas Emma Peel de «Los Vengadores», «Xena: La Princesa Guerrera», «Lara Croft» y «Buffy la cazavampiros».
«La mujer maravilla» de EE.UU.
En EE.UU., el personaje de cómic de «La mujer maravilla», inspirado en el mito de la mujer guerrera amazónica, se convirtió en la superheroína más emblemática de Estados Unidos del siglo XX y, posiblemente, en su mayor icono feminista de ficción.
Creado por el psicólogo William Moulton Marston, el personaje hizo su debut en el número ocho de All Star Comics en 1941.
El primer cómic con ella como protagonista fue publicado un año después, abrió con las líneas:
«Por fin, en un mundo desgarrado por el odio y las guerras de hombres, aparece una mujer para quien los problemas y las hazañas de los hombres son un simple juego de niños, una mujer cuya identidad no es conocida por nadie, pero cuyas sensacionales hazañas son sobresalientes en un mundo en rápido movimiento, ¡con cien veces la agilidad y la fuerza de nuestros mejores atletas masculinos y luchadores más fuertes, ella aparece de la nada para vengar una injusticia o corregir un error«.
Nacida como la princesa amazona Diana de Themyscira, cuenta la historia que fue moldeada en arcilla por su madre Hipólita, que los dioses le dieron vida y que creció en una sociedad utópica completamente libre de hombres.
Marston, quien conocía muy bien la mitología griega, había creado una historia de origen que fusionaba la historia antigua y la mitología de las mujeres guerreras con una ideología feminista del siglo XX.
Al describir su objetivo narrativo, en historias dirigidas tanto a niños como a niñas, Marston explicó: «La Mujer Maravilla es propaganda psicológica para un nuevo tipo de mujer que debería, creo, gobernar el mundo«.
¿Un ícono global?
Wonder Woman hizo su debut justo cuando el ataque a Pearl Harbor obligó a los estadounidenses a participar activamente en la Segunda Guerra Mundial.
El conflicto ofrecería a las mujeres la opción de enlistarse: para el final de la guerra, 350.000 lo habían hecho.
A las mujeres no solo se les permitió trabajar en lugares que habían sido reservados para los hombres, sino que también se les animó a hacerlo con campañas e imágenes icónicas de mujeres trabajadoras.
El nacimiento de este personaje feminista ocurrió en un punto de inflexión crucial en la historia de las mujeres estadounidenses.
En el libro de Les Daniel «Wonder Woman: la historia completa», Lynda Carter reflexionó sobre este momento. «Cuando terminó la guerra, los hombres regresaron a sus trabajos y la mayoría de las mujeres, a sus hogares. Pero en sus corazones, no había vuelta atrás a los viejos tiempos ni a las viejas costumbres.
«Su sentido de poder y potencial –laMujer Maravilla interior– había emergido y ya no podía ser reprimida«.
El personaje ha tenido una existencia casi continua durante los últimos 80 años, y su historia de origen ha sido reescrita varias veces en sus numerosas iteraciones en la página y en la pantalla.
El ícono feminista estadounidense Gloria Steinem, quien puso a Wonder Woman en la portada del primer número de su revista feminista Ms en 1972, elogió la narrativa de Jenkins, que regresó a la creación original de Marston inspirada en la Amazonía.
«Dejó clara su historia de origen» , dijo a Vanity Fair en 2017. «Ella estaba deteniendo la guerra, no perpetuándola; su fuerza era comunicarse en 200 idiomas; y estaba explorando y aprendiendo sin renunciar a su singularidad».
La Mujer Maravilla puede haberse convertido en un ícono feminista estadounidense de la cultura popular, pero es importante reconocer sus raíces antiguas y las mujeres guerreras que la precedieron.
Es poco probable que las mujeres modernas en Irán, por ejemplo, vean películas como Wonder Woman en los cines, pero quizás podrían encontrar inspiración en las raíces iraníes de esta historia de mujer guerrera.
Así como la Mujer Maravilla ficticia del siglo XXI usa su arma más importante, la verdad, en la lucha por doblar el arco del universo moral hacia la justicia, por extensión, eso debería incluir a las muchas generaciones de mujeres guerreras de todo el mundo que la precedieron.
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