El director ejecutivo de la corporación farmacéutica estadounidense Pfizer, Albert Fourla, no descartó la posibilidad de que la vacuna contra el coronavirus deba ser suministrada anualmente como la de la gripe. “Todavía no lo sabemos, pero parece que el COVID-19 está aquí para quedarse”, dijo.
Destacó la importancia de administrar la segunda dosis del medicamento a tiempo. Puntualizó que “en nuestro estudio tuvimos de 19 a 42 días. En este marco, la vacuna funciona. Más allá de eso, es un riesgo”.
Consideró que las personas no deben estar atemorizadas ante las nuevas variantes de la pandemia.
“No nos debemos asustar, pero tenemos que estar preparados”, subrayó.
“Hace mucho tiempo, habíamos discutido la posibilidad de que surgiera una variante para la que la vacuna no proporcionara protección. Y estábamos trabajando en un proceso que nos permitirá hacer el desarrollo muy rápido. Ahora hemos comenzado a implementar este proceso”, explicó durante una entrevista ofrecida a Bloomberg.
Fourla manifestó que Pfizer trabajan en diferentes formas de almacenamiento de la vacuna. Detalló que uno de los métodos consiste en una versión liofilizada, que es un polvo para reconstituir.
“Estamos muy avanzados con este proyecto, así que creo que empezaremos a probarlo en humanos en la primera mitad de este año”, adelantó.
Al ser cuestionado sobre las diferencias entre las administraciones de Biden y Trump en el manejo de la pandemia, dijo: “No quiero tomar partido. Pero hay una clara diferencia. El actual presidente está muy orientado a la ciencia y está orientado. El presidente Trump estaba mucho más orientado a los sentimientos de tripas. Y con las vacunas, debido a la ciencia complicada, el sentimiento intestinal no es el camino correcto. Creo que la gente en la administración anterior hizo todo lo posible para organizar una operación para ayudar al pueblo estadounidense. Pero las indicaciones son que la gente nueva entiende mejor lo que está haciendo”.
Consideró que la labor de concienciación a aquellos que temen a la vacuna debe ser “un trabajo de todos”. En ese contexto, mencionó a los periodistas, el Gobierno y los científicos.
“Lo que les diría a las personas que temen la vacuna es que deben reconocer que la decisión de tomarla o no, no afectará sólo a sus propias vidas. Afectará la vida de los demás. Y lo más probable es que afecte la vida de las personas que más aman, que son las personas con las que más socializan. Si no toma la vacuna, se está convirtiendo en el eslabón débil que permite que este virus se replique. Así que por favor piénsalo dos veces antes de tomar tal decisión. Y no dejes que el miedo se mete en el camino”, señaló.
Calificó como “extremadamente importante” que los países pobres tengan tanto acceso a la vacuna como los ricos y anticipó que Pfizer proporcionará la vacuna las naciones de bajos ingresos sin fines de lucro.
Asimismo, destacó la importancia de que “en las pandemias estés tan protegido como tu vecino”.
Planteó que el incremento significativo de casos y decesos por coronavirus en Estados Unidos se debió, en parte, a la politización del tema. “Se convirtió en una declaración política no usar una máscara, por ejemplo. Esto contribuyó significativamente al aumento del número de muertes”, consideró.
Añadió que una de las grandes lecciones que el COVID enseñó al mundo es el poder de la ciencia en manos del sector privado.
“Fue el sector privado, la industria de la salud, el que resolvió la [escasez] de ventiladores al principio. Y fue la industria del cuidado de la salud la que llevó el diagnóstico en un tiempo récord. Y luego, los tratamientos, y ahora las vacunas.
Esas cosas no ocurrieron por casualidad. Sucedieron porque teníamos una industria vibrante”, dijo el CEO de la farmacéutica estadounidense.
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