Internacional.- Tras darse a conocer que el nuevo coronavirus muta rápidamente y como consecuencia, en la actualidad, múltiples cepas se manifiestan en todo el mundo es mucho lo que nos falta por descubrir. Una pregunta recurrente en la población es, qué tan riesgosas son estas nuevas cepas.
Según dos estudios divulgados esta semana, algunas de estas variantes del virus sí obstaculizarían el camino hacia la inmunidad de rebaño, ya sea por vía natural o mediante inoculación.
De acuerdo con ellos, quienes ya se contagiaron con el coronavirus podrían infectarse otra vez con una variante nueva. Además, las vacunas serían menos efectivas. Aunque el resultado de los estudios se basa en experimentos efectuados con muestras de sangre, es decir, en el laboratorio y no en el mundo real, algunos expertos muestran preocupación por los hallazgos.
El reputado y principal epidemiólogo de EE.UU., Anthony Fauci, advirtió este domingo sobre el surgimiento de cepas de coronavirus aún «más nefastas».
De acuerdo con Fauci, se están examinando «con mucho cuidado» dos nuevos subtipos mutantes detectados en Sudáfrica y Brasil, además del altamente contagioso registrado por primera vez en Reino Unido.
Si bien las vacunas ayudarían a que la enfermedad no sea tan devastadora, no prevendrían las nuevas infecciones. Esto supone un problema, pues, aunque muchos no notaran que son portadores de la nueva cepa, la transmitirían a aquellos que aún no se contagiaron o no han sido vacunados.
Actualmente, varias cepas preocupan a los investigadores. Por un lado, la variante del Reino Unido, conocida formalmente como VU1-202012/01, con una mutación en el gen que forma la proteína espícula. Al parecer, evolucionó en una persona inmunocomprometida que estuvo con el virus por largo tiempo. El lío con esta variante es que sería entre 50 y 75 por ciento más infecciosa que las cepas circulantes en el primer pico el año pasado.
Por otra parte, la variante de Sudáfrica incluye tres mutaciones genéticas importantes: la N501, que también se encuentra en la del Reino Unido; y otras dos nuevas, la 484 y la K417, más preocupantes porque interfieren con la efectividad de la vacuna.
En relación a la variante del SARS-CoV-2 detectada en diciembre en el Reino Unido, Fauci recuerda que, aunque no es «más virulenta» es decir, «no te enferma más ni te hace más propenso a morir», hay que ser precavidos con su manejo.
Esto no quiere decir que las vacunas no funcionen, “sino que los anticuerpos que producen estos medicamentos no la neutralizarían”, dijo Julian W. Tang, profesor de virología de la Universidad de Leicester, al periódico The Times. Además, en una conferencia reciente, científicos de Sudáfrica divulgaron que, en una muestra de 44 sobrevivientes de coronavirus, 21 tenían anticuerpos neutralizantes que no lograban destruir la nueva cepa de su país.
Pero de todas, sin duda alguna, la más preocupante es la de Brasil, que en realidad son dos: una descubierta en Río de Janeiro con una mutación que burla los anticuerpos. De esta forma, podría ser fuente de reinfección y, de hecho, ha sido vista en dos casos en personas que ya habían padecido el coronavirus. La otra es conocida como P.1, detectada en Manaos, al norte del país, en diciembre pasado.
Esta causa más conmoción entre las autoridades sanitarias, pues posee varias mutaciones en partes del código genético responsable de producir la proteína espícula que el virus usa para infectar la célula. Cualquier cambio en el diseño de esta proteína implica mayor facilidad para entrar en esta o menor habilidad del sistema inmune para batallar contra el virus.
Según un estudio publicado a final de año, para octubre de 2020, 76 por ciento de la población en Manaos ya se había infectado con el coronavirus, una cifra que podría considerarse como inmunidad de rebaño, escenario en el cual el virus tiene dificultad para encontrar personas susceptibles a él. A pesar de eso, la ciudad experimentó en diciembre una avalancha de nuevos casos, y las autoridades sanitarias debieron declarar estado de emergencia ante el desbordamiento de la capacidad de sus hospitales.
En la variante de Manaos se produjeron cambios en los genes que codifican en los genes que condifican la espícula, la estructura en la superficie del virus que le permite invadir las células de nuestro cuerpo.
Un grupo de investigadores encontró que 41 por ciento de los nuevos casos se debían a la variante, y al menos hay confirmación de que una persona ya infectada volvió a contagiarse a causa de esta nueva variante.
El segundo estudio divulgado esta semana también halló elementos interesantes para la ciencia. El trabajo analizó muestras de 14 personas que recibieron la vacuna de Moderna y de 6 con la de Pfizer-BioNTech. Los investigadores vieron una disminución, aunque leve, en la actividad de los anticuerpos dirigidos a atacar el virus, modificados para que tuvieran la variante identificada en Sudáfrica. Aunque señalaron que no es algo para alarmarse, sí sugieren estar atentos a estos cambios.
Las vacunas, explican los expertos, están diseñadas para producir una respuesta inmune fuerte y eso es lo que sucede cuando la persona recibe las dos dosis de las dos vacunas aprobadas en Estados Unidos. Por eso, aun si hay una disminución en la actividad de los anticuerpos, estos medicamentos seguirían siendo efectivos contra el virus, según le dijo Fred Hutchinson, biólogo del Cancer Research Center en Seattle, a The New York Times.
Además señala que la inmunidad no solo se da por los anticuerpos neutralizantes, sino por muchos otros tipos de elementos del sistema inmune, incluidas las células que guardan memoria del virus. Incluso al enfrentarse a nuevas variantes, el sistema inmune prevendría una infección severa gracias a este cuerpo de soldados biológicos del organismo.
Por ahora, el mensaje es que hay cierta normalidad en la existencia de mutaciones, pues estas forman parte de la naturaleza evolutiva de las especies, y este virus lo hace cada vez que infecta a una persona. Asimismo, no todas las mutaciones mejoran la versión original del virus, pero otras sí le dan más poder, ya sea al volverlo más contagioso, como se observa en la variante del Reino Unido.
Resulta crucial contar con una manera de monitorear las mutaciones de cerca para encontrar las más preocupantes a tiempo. La de Gran Bretaña se logró gracias a que ellos realizan más secuenciación genética que otros países.
Fuente: Semana
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