La canciller alemana, Ángela Merkel, quien ya había criticado y responsabilizado a Donald Trump de los hechos violentos en el Capitolio, valoró ayer lunes como “problemático” el cierre por parte de varias redes sociales, entre ellas Twitter, de las cuentas del presidente saliente de Estados Unidos.
“Es posible interferir en las libertad de expresión, pero según límites definidos por las leyes, y no por la decisión de una dirección de empresa”, explicó Steffen Seibert, portavoz de Merkel, en una conferencia de prensa.
Consideró que los operadores de las plataformas de redes sociales “tienen una gran responsabilidad de que la comunicación política no sea envenenada por el odio, las mentiras y la incitación a la violencia”.
Ponderó que es correcto “no retroceder” cuando se publica dicho contenido, por ejemplo, poniendo un aviso. Pero Seibert también dijo que la libertad de opinión es un derecho fundamental de “importancia elemental”.
Twitter suspendió permanentemente a Trump de su plataforma el viernes, citando un “riesgo de mayor incitación a la violencia” a raíz del asalto al Capitolio de Estados Unidos por parte de partidarios del mandatario saliente.
Facebook suspendió el jueves la cuenta de Trump hasta el 20 de enero, el día de la toma de posesión del presidente electo Joe Biden, y posiblemente de forma indefinida.
La propia Merkel no tiene cuenta en Twitter, aunque Seibert y muchos ministros del gobierno alemán sí.
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