Sao Paulo, EFE.- El ministro del Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia de Brasil, Augusto Heleno Ribeiro, confirmó ayer viernes que integrantes del servicio de inteligencia del país integraron la delegación enviada por el Gobierno de Jair Bolsonaro a la Cumbre del Clima de Madrid del pasado diciembre.
Ribeiro, general de la reserva del Ejército, aclaró en sus redes sociales que la propia Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) ya había anunciado, poco después de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP-25), que algunos de sus agentes integraron la comitiva brasileña en el evento.
La confirmación del ministro se produce cuatro días después de que el rotativo O Estado de Sao Paulo publicara un reportaje en el que reveló que el grupo encabezado por Bolsonaro incluyó al menos cuatro miembros del servicio secreto a fin de, según el periódico, vigilar ONG, integrantes de la propia comitiva brasileña y representantes de delegaciones extranjeras.
Desde que llegó al poder en 2019, Bolsonaro ha sido blanco de duras críticas por parte de organizaciones ambientalistas y de la comunidad internacional por su discurso antiecologista y por la flexibilización de las políticas ambientales, pero el jefe de Estado alega que las críticas se enmarcan en una «campaña desproporcionada» contra su país debido al poderío brasileño en el agronegocio.
En ese sentido, Ribeiro reafirmó este viernes que existen campañas internacionales «sórdidas y mentirosas» que buscan «perjudicar a Brasil» y justificó el envío de agentes secretos a la cumbre por tratarse de un tema «estratégico».
«Temas estratégicos deben ser acompañados por servidores calificados, sobre todo cuando involucran campañas internacionales sórdidas y mentirosas, apoyadas por malos brasileños, con el objetivo de perjudicar a Brasil», expresó.
El ministro calificó como «deplorable» la «visión miope de algunos» sobre la «Inteligencia de Estado» y aseveró que la Abin es una «institución del Estado y continuará cumpliendo su deber en eventos, en Brasil y en el exterior».
En 2019, primer año de Bolsonaro en el poder, la deforestación en la Amazonía saltó un 85 % frente a 2018, mientras que los incendios en la mayor selva tropical del planeta aumentaron un 30 %, hasta cerca de 90.000.
No obstante, el presidente insiste en que los incendios tanto en la Amazonía como en el Pantanal, el mayor humedal del mundo, son provocados por el modo de vida de la población indígena del país, que usa el fuego para preparar la tierra de cultivo.
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