Por EFE.- Hace tres años, el mexicano Juan Pedro Franco obtuvo un récord Guinness. Fue el ser humano más gordo del mundo, al dar casi 600 kilos en la báscula. Hoy, tres años después, puede contar cómo sobrevivió a sus comorbilidades y, todavía más sorprendente, a la COVID-19.
«Yo no pensaba tanto que se me podía complicar. Ya hasta que pasa el tiempo y uno empieza a razonar es cuando empieza a pensar que pudo haberse complicado y pudo haber sido algo malo», cuenta Franco a Efe desde su casa del central estado de Aguascalientes, donde pasó un mes confinado desde el 15 de agosto.
Juan Pedro, de 36 años, dio un giro a su vida cuando a finales de 2016 encontró la ayuda necesaria para abandonar los kilos que le mantenían postrado en la cama y que le hicieron recibir el Guinness al hombre con mayor peso del mundo (594,8 kilos).
La ayuda, tras 10 años buscándola, vino de la mano del doctor José Antonio Castañeda, que desde el occidental estado de Guadalajara accedió sin que el joven tuviera posibilidades económicas a llevar su caso, decidido a controlar las enfermedades de Juan Pedro y practicarle las cirugías necesarias para que pudiera bajar de peso.
El doctor Castañeda, que desde entonces vigila la salud de Juan Pedro, fue el primero en saber este agosto del positivo por COVID-19 de su paciente, que se contagió después de que su madre contrajera también una enfermedad que ella no pudo superar.
UN CUADRO DE LEVE A MODERADO
«Yo me preocupé (al enterarme de la infección) porque no sabemos mucho todavía de COVID pero sí sabemos la alta mortalidad que tiene en pacientes que tienen comorbilidades como diabetes, hipertensión, obesidad y enfermedades cardíacas», relató el doctor.
Franco pesa ahora, después de tres cirugías y un largo proceso de más de tres años, entre 200 y 210 kilos, 70 de los cuales pertenecen a piel sobrante que le será retirada, y contrajo el coronavirus con sus enfermedades comórbidas «controladas», según su médico.
«Si ahorita estuviera en las condiciones en las que nosotros le encontramos por primera vez, sería presa fácil de complicaciones graves de COVID y no estaría entre nosotros», reflexionó Castañeda.
Sin embargo, gracias a haber bajado cerca de 400 kilos de peso el cuadro médico que presentó al contagiarse del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 no pasó más allá «de leve a moderado».
«Lo principal fue gripa (resfriado), dolor de cuerpo, dolor de piernas y un poco de temperatura. Se me fue el sabor, el olor y dolores de cabeza. Fue lo que más tuve», expresó un ya recuperado Franco.
UN HOGAR DISTINTO
Juan Pedro estuvo viviendo en Guadalajara, junto al equipo médico, durante dos años, pero en 2018 regresó a su hogar, en Aguascalientes.
Pese a haber superado la COVID-19 tras una lucha de 22 días y encontrarse con un peso y una salud controlados, el joven no pasa por su mejor momento, ya que en cuestión de tres meses perdió tanto a su padre como a su madre.
Ahora, Franco vive con su hermano mayor, al que ya puede ayudar en casa haciendo cosas «como empezar ayudar a barrer y empezar a lavar algunos trastes», tareas cotidianas que le mantienen fuera de una cama de la que no pudo levantarse durante siete años.
Juan Pedro, con el duelo todavía presente, no acierta a predecir qué le espera en el futuro, pero ahora sabe que tiene una vida por delante.
Con 76.430 decesos y 730.317 casos confirmados de COVID-19, México es el cuarto país del mundo con más decesos por la pandemia, superado por Estados Unidos, Brasil e India.
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