Miles de personas acudieron este viernes a Plaza Italia, epicentro de las protestas en Chile, para celebrar el Día de los Enamorados y pedir la salida del cuestionado jefe de la Policía, Mario Rozas, tras las reiteradas denuncias contra el cuerpo de seguridad por violación a los derechos humanos.
La concentración, que transcurrió en su mayoría en un ambiente pacífico y festivo, se convocó por las redes sociales bajo el lema «Un San Valentín sin Rozas» y decenas de manifestantes acudieron con carteles alusivos a la cita.
«Hemos venido todos los viernes y teníamos que venir aquí hoy antes de ir a celebrar juntos cualquier cosa», dijo a Efe la universitaria Claudia López.
«Esto es una lucha del pueblo unido y una consigna contra todo lo que hemos sufrido estos años de abuso, corrupción, robos y saqueos», agregó a su lado su pareja Jesús.
A diferencia de la semana pasada en la que Plaza Italia fue escenario de duros choques entre manifestante y agentes, este viernes apenas se registraron incidentes y el incendio que se desató en una vivienda aledaña fue contenido con rapidez por los bomberos.
Aunque las manifestaciones han perdido fuerza, se espera que la crisis se recrudezca en los próximos días con el inicio del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar y el fin del periodo estival y la vuelta a las clases.
«No están las condiciones para celebrar el Festival de Viña. No corresponde», apuntó la joven.
El festival celebrará del 23 al 28 de febrero en esta ciudad costera del centro de Chile su edición más austera de la historia, sin alfombra roja y sin gala inaugural.
Desde que estallaron las protestas el pasado octubre, han surgido rumores sobre una posible cancelación del certamen como ocurrió con importantes eventos internacionales como el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP25) o la Copa Liberadores de fútbol.
Chile vive su convulsión social más grave desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), con al menos una treintena de muertos, miles de heridos y señalamientos por presuntas violaciones a los derechos humanos contra las fuerzas de seguridad por parte de organismos como la ONU o Amnistía Internacional.
El estallido social Lo que empezó siendo un llamamiento de los estudiantes a colarse en el metro de Santiago para protestar contra el aumento de la tarifa se convirtió en una revuelta por un modelo económico más justo, que ha dejado también episodios de violencia extrema con saqueos, incendios, barricadas y destrucción de mobiliario público.
Fuente: EFE
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